Rémy Marvely llevaba once años trabajando como directivo comercial en el extranjero cuando en 2017 le diagnosticaron un cáncer de estómago que le obligó a dejar su trabajo para poder empezar el tratamiento. “En realidad el cáncer fue solo el detonante, hacía tiempo que no le veía sentido a lo que hacía, tenía otros proyectos”, recuerda este emprendedor francés, que por aquel entonces vivía en Florida, en EEUU. Aprovechando la pausa que le daba el cáncer, Marvely decidió buscar una nueva forma de vida que le permitiera unir sus verdaderas pasiones: el humor, el vino, y la magia. Y así fue como se le ocurrió crear una especie de cata-espectáculo, que incorporase trucos de magia y humor, con el fin de escapar de la típica cata de vinos tradicional.
“Era una idea loca, pero cuando la presenté en la McBride Mystery & Magic school de Las Vegas, una de las mejores escuelas de magia de EEUU, donde estaba haciendo un curso, logré despertar mucho entusiasmo. Eso es lo bueno de EEUU: que todo el mundo te anima a hacer lo que quieras, sin prejuicios”, explica Marvely entre risas.
Sin embargo, el cáncer había despertado en él la necesidad de volver a Europa y conectar de nuevo con sus raíces, así que tras su paso por Las Vegas, decidió hacer las maletas y regresar a su Francia natal. Allí se encontró con un panorama complicado: su antiguo piso había sido ocupado por okupas y sus padres se acababan de divorciar. “Decidí mandarlo todo a la mierda, literalmente, y buscar un destino más alegre, como Barcelona. No conocía a nadie, ni siquiera hablaba español, pero me dejé llevar por la intuición”, recuerda el joven francés, admitiendo que la ciudad le ha permitido reconectar con la alegría de vivir.
Humor absurdo y visual
Lo primero que hizo Marvely al llegar a Barcelona, hace tres años, fue montar el primer club de comedia para francoparlantes de la ciudad, Les Petits Barcelonais, que se reúne una vez al mes en el teatro Almería de Gracia. El primer evento, celebrado en octubre de 2019, tuvo un éxito inesperado. “Asistieron más de 120 personas, no me lo podía creer”, explica Marvely orgulloso. Aunque los clubs de comedia y monologuistas tienen más tradición en la cultura anglosajona, Marvely está convencido de que el humor está auge en todos los países. “Hay una necesidad creciente de reír, sobre todo en estos tiempos tan complejos”, comenta el joven francés afincado en Barcelona.
Consciente de las diferencias de humor entre países, Marvely dice que en sus shows apuesta bastante por el humor absurdo y visual, que siempre funciona en todos los países. Otra de sus claves para conectar con todo tipo de público es reírse de sí mismo. Y eso es lo que hace precisamente en su espectáculo más reciente, Nueva Vida (actualmente en cartel en el teatre Oracles, Poble Sec), donde combina los trucos de magia con bromas sobre su vida. “Necesitaba compartir mis experiencias personales. Tomarme las cosas con humor y magia, que son mi manera de estar bien”, comenta el mago francés a la salida del teatro. El show incluye también algunos momentos un poco más emocionales, en los que Marvely aprovecha los trucos de magia para transmitir mensajes más profundos, “como que no hay que esperar hasta enfermarse para cambiar de vida, o que la determinación y la paciencia son valores clave para conseguir lo que queremos”.
“Vivimos en una época en que todo tiene que salir de inmediato, hemos perdido el valor del tiempo. Y mi mensaje, tanto para adultos como para niños, es que la paciencia es clave para lograr hacer cosas en la vida, cosas que nos gustan o que necesitamos para nuestro trabajo. Por otro lado, los padres tienen que entender que los niños son el futuro y hay que darles esperanza para que luchen por lo que les hace feliz”, explica.
Lamentablemente, la pandemia de Covid supuso la suspensión del club de comedia y otros shows presenciales que Marvely tenía programados, así como la oportunidad para trabajar como profesor de magia en una escuela que acababan de ofrecerle. Pero Marvely no se rindió. ¿Y si daba clases de magia online?. “Todo el mundo estaba confinado, con los niños aburriéndose en casa. Era una idea que podía funcionar”, se dijo durante los primeras semanas de la pandemia. Y así fue como surgió la Marvely Magic School, una escuela de magia que ofrece cursos de magia virtuales en francés. Dada la popularidad de sus clases, Marvely tiene previsto empezar a ofrecer talleres y cursos presenciales, además de clases de magia en diversos casals de verano de la ciudad.
Empujar hacia el cambio
Por otro lado, el club de comedia ha regresado al teatro Almería y Marvely prepara un show de magia en castellano.
“Mi intención es quedarme en Barcelona por un tiempo, aunque proyectarse a largo plazo no es fácil”, dice Marvely, que ha vivido en varios países y es un firme defensor de las ventajas de vivir en el extranjero. “Entiendo que haya gente que no le interese salir de su pueblo y sean felices así, pero en mi caso fue crucial”, dice el mago, nacido en Compiègne, una ciudad de unos 40.000 al norte de París, en un entorno que él define como humilde y más bien conservador.
“Necesitaba salir del país y descubrir nuevos lugares. Vivir fuera te abre la mente, aprendes qué es lo que hace reír a la gente... Es muy interesante observar estas diferencias y descubrir nuevos puntos de vista, porque la interacción con personas y lugares diferentes te da inspiración e ideas para crear”, añade Marvely. En este sentido, no tiene dudas de que su estancia en EEUU fue clave. “EEUU es un país que empuja a la gente hacia el cambio, hacia el éxito o lo que les hace feliz. Sin juzgar. Si dices que quieres ser mago, te dirán: “qué guay”, mientras aquí, o en Francia, te dirán: pero qué dices, como te vas a ganar a la vida”, concluye.