Luis XIV fue un coleccionista de amantes. Se casó con María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, prima hermana suya, en 1660. Se ha descrito a ésta como una mujer triste y melancólica, que vivió una vida de arquetípica mujer casada abandonada por el marido hasta su muerte en 1683 a los 48 años. La realidad es que no está tan claro su papel. Se le ha atribuido a ella misma la condición de madre de una hija negra, Luisa María Teresa, nacida en 1664. La paternidad de esta hija se le adjudicó a un servidor africano. La niña sería retirada a un convento benedictino para ejercer como monja. Otras interpretaciones convierten a esta monja negra en una hija más bastarda fruto de los amores de Luis XIV. Pero, insisto, la tesis más generalizada atribuye la maternidad a la propia reina lo que ha llevado a los intérpretes más ortodoxos a buscar la explicación de la negritud en una supuesta cianosis.

El matrimonio de María Teresa con Luis XIV tuvo seis hijos, aunque solo el mayor, Luis, el Gran Delfín, llegó a edad adulta, muriendo desde luego antes que el padre. A Luis XIV que murió en 1715 a los 76 años le sucedería en el trono Luis XV, bisnieto suyo de cinco años. Cuando él murió habían muerto tanto su hijo como su nieto.

 

 

Curiosidades sobre Luis XIV / MUYHISTORIA

Luis XIV tuvo, al menos, dieciséis hijos bastardos con distintas damas de la corte. Legitimó a ocho reconociéndolos como hijos suyos y dándoles el apellido Borbón. De la infinidad de amantes que tuvo Luis XIV destacan tres: Luisa La Baume Le Blanc, duquesa de la Vallière, Françoise Athenais de Rochechouart, marquesa de Montespan y Françoise d’Aubigné, marquesa de Maintenon.

Retrato de María Teresa I de Austria / WIKIPEDIA

El asunto de los venenos

La primera era hija de nobles. Fue dama de compañía de Enriqueta de Francia, la primera esposa de Felipe, el hermano del rey. Con ella tuvo Luis XIV cinco hijos. Se conocieron cuando ella tenía diecisiete años. Fue siempre modelo de mujer tímida y presuntamente enamorada fielmente del rey. Fue despreciada por la alternativa pomposa y festiva que introdujo la Montespan. Luisa se refugió en un convento carmelita, apoyada por Bossuet y escribiría con el nombre de Luisa de la Misericordia el interesante libro: Reflexiones sobre la misericordia de Dios (editada en español en Valencia en 1793).

La monja que barrió de la vida cortesana a Luisa fue la marquesa de Montespan, también dama de Enriqueta de Francia. En contraste con la anterior que fue siempre soltera, ésta se casó con el marqués de Montespan con el que tuvo dos hijos. Intrigante y perversa, conoció a Luis XIV en 1666 y desde entonces se convirtió en amante oficial con su propio marido condenado al destierro. Con ella tuvo el rey siete hijos. La Montespan se hizo especialmente famosa por estar inserta en la red de lo que se llamó en Francia el asunto de los venenos: una red de brujería y magia hechiceril que supuso un montón de ejecuciones en el marco de unos procesos judiciales que empezarían en 1671 y que serían una especie de caza de brujas cortesana, en medio de envenenamientos y sortilegios múltiples, que la Montespan utilizó, entre otros motivos, alguna de otras amantes del rey, presuntas rivales.

Retrato del rey Luis XIV junto a sus descendientes / ART GALLERY

La marquesa acabaría siendo sustituida en la cama del rey por Françoise d’Auvigne, Madame la Maintenon, cinco años mayor que la Montespan y que acabaría convirtiéndose en la esposa oficial del rey cuando murió la reina, en un matrimonio morganático que empezó en 1683.

Ortodoxia religiosa

De familia protestante y turbulenta, su padre asesinó a su madre y su abuelo fue el poeta calvinista Agrippa d’Aubigné, un crítico feroz de la Monarquía española. Ella fue la más culta de las amantes del rey. Criada en la Martinica y educada después en un convento de ursulinas, la Maintenon se casó con el paralítico Paul Scarron, un intelectual que contribuyó a dotarla de formación notable y que murió pronto. Cuando enviudó se convirtió en institutriz de los hijos de la Montespan y desde esta condición desbancó al anterior amante del rey logrando un reconocimiento que no tuvo ninguna de las amantes previas. Ella se hizo católica militante y contribuyó decisivamente a decisiones tan trascendentales como la revocación del Edicto de Nantes o lo que es lo mismo, la deslegitimación del protestantismo en Francia. Murió tan solo cuatro años después que Luis XIV.

Luisa La Baume Le Blanc, una de las amantes principales de Luis XIV / WIKIPEDIA

En 1686 fundó en Saint-Cyr un colegio femenino en el que niñas nobles pero pobres eran educadas para el matrimonio. Todo un recetario que ella dominaba a la perfección y que partía del supuesto de que a los hombres les interesaba más la compañía de mujeres cultas que no de ignorantes. Su principio que ella convirtió en epitafio es que “a lo largo de la experiencia que he acumulado he podido comprobar que la verdad solo existe en Dios y el resto es solo una cuestión de puntos de vista”. Un relativismo desde la ortodoxia religiosa que desde luego era la antítesis del mundo hechiceril de la Montespan. Al final, Luis XIV es evidente que optó por el modelo de la conversa inteligente, la Maintenon, despachando a la bruja Montespan.