Es evidente que necesitamos unos nuevos presupuestos con urgencia. Los actuales son de 2018, los más longevos de la historia de España. Gobernaba entonces el Partido Popular, el partido de los recortes en sanidad, dependencia y educación. El partido de la pobreza energética y los desahucios. También el de la Gurtel y la Kitchen.
Pocos meses después, ese mismo año, el PSOE ganaba la primera moción de censura exitosa de nuestra democracia. Desde entonces hasta ahora, Pedro Sánchez se ha visto obligado a convocar dos comicios electorales, liderar un país con la oposición de la Plaza de Colón y enfrentarse a una pandemia mundial. Todo ello con unas cuentas públicas que no priorizan su voluntad de incrementar la inversión en la sanidad y la educación públicas, en los servicios sociales y la atención a la dependencia.
Por eso nos urgen unos nuevos presupuestos que asienten sobre bases sólidas el crecimiento económico y la sostenibilidad del sistema de bienestar, apostando por la transformación digital, la transición energética y la economía de los cuidados, y consoliden el escudo social creado por el Gobierno de España en plena pandemia.
Es cierto que todos y todas somos vulnerables ante el virus, pero también lo es que no todos podemos protegernos con los mismos recursos. La pandemia nos ha mostrado que era una falacia creer que las clases sociales hubiesen desaparecido, ni siquiera se habían difuminado. Se trataba sólo de una estratagema para justificar las políticas económicas neoliberales, y hacernos creer que todos y todas éramos iguales, que todas y todos tenemos las mismas oportunidades.
Por eso ahora más que nunca, debemos defender lo público como maya protectora ante las desigualdades de clase. No es lo mismo Pedro Sánchez que Mariano Rajoy; tampoco lo es el president de la Generalitat, Quim Torra, que el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón; o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso que el president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig. Precisamente por eso, porque no es lo mismo derecha que izquierda, urge que avancemos de manera ágil y efectiva en la cimentación de ese Estado Social que proclama nuestra Constitución.