No nos engañemos. La mayoría de la gente (adulta), al escuchar la palabra “tantra”, piensa automáticamente en sexo: ¿si lo practico lograré aguantar unos minutos más antes de conseguir el orgamo? ¿Llegaré por fin a tener un orgasmo con mi pareja?, ¿se multiplicará mi placer? Pero el tantra, una corriente mística nacida en la India hace más de cinco mil años, va mucho más allá de perseguir el placer a través del sexo. Su finalidad, en palabras de la terapeuta especializada en tantra Elma Roura, es alcanzar un estado de no dualidad “donde lo abrazas todo, donde amas el momento. Un estado de paz, gozo, éxtasis, amor”.
“En realidad es como cualquier corriente mística occidental, con la única diferencia de que no excluye la sexualidad”, aclara esta conocida terapeuta barcelonesa, que en mayo publicó su primer libro, Camino al Éxtasis (Koan, 2020).
A diferencia de otros libros de autoayuda o desarrollo personal, el de Roura no ofrece una receta más para alcanzar la felicidad. “Estamos muy confundidos con la idea de felicidad. Vivimos inmersos en una sociedad de consumo, que funciona con productos, objetivos… y eso genera una vocación a sentirnos bien siempre. Estamos entrenados para sentir solo emociones positivas. Pero la felicidad no es un estado de alegría, sino de consciencia, y eso requiere un cambio de paradigma”, explica Roura en tono convincente. Después de más de veinte años dedicada a explorar temas de desarrollo personal, Roura, que actualmente colabora en el máster en Desarrollo y Liderazgo Personal del Borja Vilaseca Institute, propone en su libro dos vías para alcanzar este estado de consciencia y paz con uno mismo: por un lado, aprender a dejar de sufrir, y por otro, saber adueñarse del propio placer.
Valores del trabajo, de compromiso
Para salir del sufrimiento, Roura recurre a un método basado en la idea de que las emociones que nos hacen sufrir están vinculadas a pensamientos o creencias ancladas en nuestra mente y que, por tanto, para dejar de sufrir, hay que aprender a cuestionar estos pensamientos. Por ejemplo, “se fue con otra porque ya no me quiere” o “necesito una pareja para ser feliz y no la tengo”. “Son pensamientos que uno/a asume y da por ciertos, pero hay que aprender a cuestionarlos. Y, cuidado, digo, cuestionarlos, no intentar eliminarlos o transformarlos en positivo”, insiste Roura, convencida de que el pensamiento positivo “no es más que una moda”.
Talleres masaje tántrico / ELMA ROURA
“La libertad emocional pasa por la autoobservación, por comprender a qué pensamientos se corresponden a nuestras emociones, hay que ser honesto con uno mismo y reconocer cuando algo te hace sufrir“, dice Roura. Esto no se consigue de un día para otro. “No doy recetas mágicas. Hay que trabajar. Mi idea es recuperar los valores del trabajo, del compromiso personal… De la misma manera que tenemos unos hábitos de higiene personal, podemos adquirir hábitos para conocernos mejor, aprender a gestionar nuestras emociones y depender menos de ellas”, añade.
En su libro, Roura también se muestra crítica con la moda del “desapego”, muy extendida en círculos espirituales, como instrumento para ser feliz, especialmente en cuestiones de amor. “Para que exista una relación tiene que haber algún tipo de apego, de vínculo…. Pero hay que aprender a vincularse bien, para evitar el enganche”, comenta. La base de un apego equilibrado, según la terapeuta, es que haya “correspondencia, equilibrio, respeto”. En cuanto a los que están solteros, Roura cuestiona la idea tan extendida de que “hay que saber ser feliz estando solo, sí o sí”. “La sociedad occidental parece decirnos que todos debemos saber estar solos, pero hay que admitir que somos seres sociales”, puntúa. ¿Cómo mantener este equilibrio? “La pareja, una buena red de amigos, la familia… “No hay que obligarse a estar solo, aunque sí aprender a estarlo”, concluye.
A los que no encuentran pareja, también les recomienda no obsesionarme demasiado con el pensamiento de que deben estar haciendo algo mal. En lugar de eso, prefiere hablarles de un antiguo concepto de la cultura árabe “el maktub”: “todos nacemos con habilidades y dones naturales, encontrar pareja puede ser uno de ellos”, explica Roura.
Su habilidad natural, precisamente, es esta curiosidad innata por aprender a conocerse a sí misma y saber comunicarlo a los demás. “Siempre he sido una buscadora”, comenta. Fue este incesante interés por el desarrollo personal el que la llevó a explorar el tantra como una nueva vía para alcanzar la espiritualidad a través de la energía sexual.
Cuando sexo y espiritualidad se unen
“La mayoría de pacientes que acuden a su consulta son mujeres que han perdido la libido”, apunta la autora de Camino al Éxtasis. Según Roura, se trata de un problema que ha ido en aumento en los últimos quince años, y que puede deberse a diversos factores: temas hormonales, traumas sexuales durante la infancia, una pareja de larga duración que no ha sabido satisfacerla …. “Lo bueno es que ahora, gracias a las redes sociales, se da un contexto mucho más fácil para que estas mujeres busquen ayuda o terapia de algún tipo”, añade Roura. Con 28.700 seguidores en Instagram, Roura cuelga a diario videos, charlas y consejos online sobre cómo mejorar la sexualidad, en pareja o no, y superar problemas más habituales de lo que se cree, desde la falta de libido en las mujeres, a la eyaculación precoz o la disfunción eréctil en los hombres.
En el caso de las parejas de larga duración, Roura alerta del peligro de que se acabe el “eros” --la energía sexual--, poniendo en riesgo la relación, y ofrece el tantra como vía para recuperar el deseo sexual, adaptándose a los tiempos de hoy.
“Si disponemos solo de media hora para practicar sexo, ¿cómo hacerlo para que haya goce?”, se cuestionan muchas parejas o mujeres que acuden a sus sesiones.
“Para empezar, les digo que intenten hacerlo a primera hora de la mañana, y no por la noche, cuando están cansados. Y segundo: que estén presentes”, comenta la terapeuta, convencida de que en el tantra, la conexión entre los dos amantes, aunque no se trate de una relación amorosa, es fundamental. “En el sexo tántrico no sientes que algo empieza y algo termina. Tu eres uno, pero no estás separado del otro”, escribe en su libro. “Es una experiencia de unidad, de plenitud. Hay éxtasis. Ahí es donde sexo y espiritualidad se unen”, concluye.