Ha empezado la desescalada. Con retraso. Con mucho retraso, porque el presidente se retrasó cuatro horas en su alocución pública. Primero la comparecencia era a las 14 horas. Después a las 16 horas. Y finalmente fue a las 18 horas. ¿Por qué? Bronca. Otra bronca en el Consejo de Ministros y van… Cuentan por encima del Arco de Triunfo de Moncloa que la causa ha sido, otra vez, Iglesias y sus ministros de Podemos y sus ‘chantajes’. En todos los Consejos de Ministros se repiten las broncas y los ‘chantajes’. De vergüenza. Una enorme falta de lealtad al Gobierno del que forman parte. No se han enterado que son Gobierno. Y una intolerable falta de respeto al país del que forman parte. Todos los días igual. Una cosa es vender ideología y otra es gobernar. No se han enterado. Broncas. Y bastantes ministros socialistas están hasta donde amargan los pepinos. El pasado martes, cuentan por la ‘Ribera’ del Manzanares, una ministra del Consejo mandó al vicepresidente Pablo Manuel Iglesias a “tomar por… ahí”. Clarito. Hasta el gorro están de ‘El Coletas’.
¿Se preocupan en Moncloa de proteger la salud de los españoles? Hay dudas. Se pelean por estar en el Comité de Desescalada. Quieren todos figurar. Salir en las pantallas. Mostrar lo guapos que son. Eso sí, Iván sí estará. Faltaría más. Y Pablo también quiere estar. A presumir de sus logros. Lo mismo también presume de las visitas que ha hecho a las residencias de ancianos. ¿Ha hecho alguna? ¿No lleva el vicepresidente, Pablo Manuel Iglesias, la gestión de las residencias de ancianos? ¿Ha visitado alguna? Que se sepa, no. No, ninguna. ¿Qué hace, entonces? ¿Para qué está en el Gobierno? Para montar broncas mejor se queda en casa y siega la hierva de su jardín, del que presume, para desconsuelo de los niños de Vallecas, su barrio. Podría Pedro planteárselo, que se vaya a cuidar de su jardín.
Apareció Pedro. Largo sermón. No se entera nadie de lo que dice, excepto Iván. Sobran esas frases grandilocuentes, huecas y repetitivas que nadie comprende. Falta brevedad, plazos, fechas y concretar, para que nos enteremos los ciudadanos. Por cierto, señor Presidente, ¿a los mayores de 60 años los va a dejar salir algún día o hay que esperar a que usted los cumpla? Son los más necesitados y nadie se ocupa. El vicepresidente tampoco. Ni se ha enterado que es responsabilidad suya. Que se mueren, bueno, pues que los entierren. Publica Fedea, señor vicepresidente, que son más de 34.500 los fallecidos españoles y 1,2 millones los españoles infectados. No tienen ustedes ni los números actualizados. Se diferencian bastante de los números que da el ministerio de Sanidad. Ni conocemos el número real de muertos, ni de infectados, ni visitamos ninguna residencia, ni explicamos claro lo que se va hacer. ¿Están ustedes en España o están de vacaciones?
Por cierto, ¿tienen ustedes consejeros? ¿Qué les dicen? Porque los médicos dicen que no se sabe nada de este bicho llamado coronavirus. Mal vamos. Con la desescalada ha vuelto el temblor al sector sanitario. Las noticias científicas no son nada tranquilizadoras. Puede que la desescalada vaya bien al principio, pero casi seguro, el bicho volverá. El ejemplo lo tenemos en Alemania que ha relajado las medidas y han repuntado los contagios. Y llevan sólo la quinta parte de muertos que España con el doble de habitantes. El tema preocupa, y mucho. ¿Volveremos hacia atrás?
Todo puede ocurrir. Estamos en el momento crítico de vencer o no al coronavirus. Salir a la calle o quedarse en casa. Los niños ya han salido. Por fin. Pero, cuidado. En algunos hospitales españoles ha aumentado el número de ingresos de niños y jóvenes. El Reino Unido ha dado la voz de alarma. Hay un extraño síndrome pediátrico. Han lanzado una alerta sobre un nuevo cuadro clínico en niños y jóvenes que podría estar relacionado con el virus. Alerta. Porque en los hospitales faltan pediatras. Hay más ingresos de niños en España. Hay más ingresos en el Reino Unido y sus autoridades ya han dado la voz de alarma. En España se oculta hasta que no haya remedio. Como siempre. Primero se ignora, luego se oculta, después se miente y, al final, metidos en otra catástrofe. Ésta no tendría perdón.
Lo que al principio era un rumor y comentario entre los médicos, ya es oficial. Fue el Servicio Nacional de Salud Británica (NHS) y luego la Asociación Española de Pediatría (AEP) quienes han hecho público el desvío de este virus que ahora se pelea con la juventud. Lo que faltaba. Éramos pocos… y ahora ataca a los menores. Ya los hay en cuidados intensivos en algunos hospitales españoles por su gravedad. Aunque, por suerte, el número de casos es bajo, de momento.
Tras 40 días de confinamiento, por un virus que se incuba durante cinco días, y 34.000 muertos nos han anunciado la desescalada progresiva con el miedo permanente a un repunte. Volveremos al sentido común y al Estado de Derecho. Dejamos atrás la coacción, el interés político y el estado policial. Esperamos recuperar la democracia y que el Gobierno pierda su desmedida ambición de poder y su vocación totalitaria. Olvidamos la negligencia inicial y volvemos a la normalidad social, económica y legal.
Todo irá mucho mejor si el ciudadano es libre y el Gobierno saca los pies del barro en el que los ha metido. Con los niños por la calle, además de ver alegría y libertad, se vislumbra el futuro. Contamos con ello.