Creo que estamos bombardeados por tierra, mar y aire con proyectiles de largo alcance del este y/o del oeste. Para mí es un misterio, pero tengo la impresión de que estamos siendo golpeados por enemigos invisibles. Sales a la calle y el silencio es ensordecedor. Los pájaros libres de humo y coches se han asustado y han desaparecido. Las ciudades son fantasmales.
La calle parece una película de ciencia ficción en donde los ¿chinos? han lanzado la bomba H. Como si la estuviera rodando un resucitado y genial Orson Welles en una revisión de la La Guerra de los Mundos que aterrorizó a los estadounidenses que escuchaban la radio a principios de los años 40.
Este pasado martes abandoné el obligado confinamiento porque tenía que ir a Barcelona, con guantes y mascarillas. Las pocas personas que encontré en las aceras estaban uniformadas, como si todos fuéramos un ejército disciplinado. Fui para un asunto personal y quedé impactado al ver una Barcelona con tan poca vida, como mi ciudad de adopción, Granollers.
Yo no tengo miedo porque veo la vida como si el peligro me fuera ajeno. La veo como simple espectador de una película de terror proyectada en el Festival anual de Sitges. Empezaba diciendo que estábamos ante un bombardeo ficticio con bombas bacteriológicas invisibles.
Un amigo médico me ha enviado un video de un profesor que he reenviado por Whatsapp en el que el protagonista explica que el virus de la pandemia es un misil lanzado por ¿Pekín? para destruir la economía Occidental y convertir a ¿la República popular China? en el nuevo imperio económico del Siglo XXI, a la que llama la III Guerra Mundial bacteriológica. Puede que ser que sí, o ser que no, pero no me fio de los comunistas ¿chinos?, no por orientales sino por ser comunistas. El comunista es miembro de una ideología salvaje.
No me creo que sólo hayan muerto poco más de cinco mil chinos cuando en España llevamos más de catorce mil personas caídas. El video cuenta que son dos millones de chinos muertos.
¿Que pretende el asesino? Destruir la economía global. Que el mundo sea una colonia china y apoyada militarmente por la Rusia del neo zar Putin. No lo sabemos.
¿Acaso es la sublimación de Orson Welles?