Es el momento de apoyar. Todos a una. Todos a colaborar con el Gobierno para salir de esta crisis. Todos a colaborar para mantener la salud. Eso es lo importante. La salud. De acuerdo en todo. Colaboramos y estamos enclaustrados. Pero eso no quita que haya apartados críticos que se tengan que comentar. Para eso estamos. Las medidas se han tomado con un mes de retraso y con fuertes discrepancias en el seno del Gobierno. Duros choques. Pasarán factura. En cuanto se supere el Coronavirus. Los Idus de marzo pasarán factura al Gobierno. El coronavirus nos ha aislado del mundo y está dinamitando la legislatura de Pedro Sánchez.
Sucedió lo inesperado. Cundió el pánico porque no estábamos preparados. El virus Covid-19 nos ha puesto contra las cuerdas y ha salido lo vulnerables que somos. Ha sido demasiado fuerte. Y, como de costumbre, los mercados nos ganaron por la mano. Siempre van delante. Identificaron antes que los gobiernos que el problema era importante. Muy importante. El problema era doble. Una epidemia dura y una economía rota. Cuando se superen los contagios será la hora de analizar la economía. El impacto económico. Ya lo estamos viendo. Las medidas económicas del Gobierno así lo anticipan.
El presidente Sánchez le ha cogido gusto a la cámara de televisión y ahora raro es el día que no nos sermonea. De estar desaparecido a tenerlo en la sopa de la comida. Nervioso. Lee mal. Se equivoca en las cifras. Deja abiertas las peluquerías y los estancos, pero se olvida del gran empresariado español que son los autónomos, las pymes. Un olvido sospechoso. Miles de negocios han visto cómo caían, en sólo unos días, las cifras de su facturación. Tiendas cerradas, bares cerrados, restaurantes cerrados, ferreterías cerradas, etc., etc. Empleados en casa. Miles de empleados dudando si volverán a trabajar. Millones de empleos pueden irse al infierno. ¿Recordamos el año 2008? Seguro que va a ser peor. Cambio de ciclo. ¿Y el Gobierno?
El Gobierno ha anunciado una inversión de 200.000 millones de euros para hacer frente al golpe económico. Pero faltan los Presupuestos. Sin ellos es difícil hacer frente al socavón económico que se viene encima. Nos recuerda a Zapatero cuando se lio la manta y se puso a gastar dinero sin ton ni son. Catástrofe. Podemos estar en el prólogo de lo mismo. Con gasto simplemente no se recupera la economía. Días duros nos esperan. ¿Y el Gobierno?
El Gobierno está dividido. Por los menos hay tres grupos. Discrepancias, todas. El Consejo de Ministros del pasado sábado fue una bomba de relojería. Ya estallará. Sin precipitaciones. Estallará. Iglesias quería protagonismo y liderar la lucha contra el Coronavirus. Su actitud no gustó nada, no sólo a la vicepresidenta Carmen Calvo, sino a los ministros de Ciencia, Pedro Duque, y al de Interior, Fernando Grande Marlaska. La tensión fue muy elevada. El choque se concentró, principalmente, en la cuestión económica. Yolanda Díaz exigía más gasto público. El borrador examinado en el Consejo de Ministros fue la causa de la discrepancia entre Pedro-PSOE y Pablo-Podemos. No hubo acuerdo por parte de Pablo-Podemos y sus ministros se negaron a aprobar el decreto tal y como estaba. La pugna fue dura y el Gobierno quedó resquebrajado.
Sánchez está desbordado, paralizado, sin iniciativa ni autoridad, y quien ha dado la batalla frente a las medidas bolivarianas de Pablo Iglesias ha sido Nadia Calviño. Nadie más. Cuentan desde Moncloa que Pedro Sánchez le pidió a Pablo Iglesias la dimisión. Pablo le hizo un quiebro y sonrió. En esta situación político-sanitaria sabe que no se puede hacer una crisis de Gobierno porque desaparecerían todos. Pero van haciendo méritos.
Ante apenas un puñado de diputados el presidente Sánchez compareció ayer en el Congreso para recabar su apoyo a las medidas tomadas los días pasados para la lucha contra el Coronavirus. “Con lo que sabemos hoy, no lo habríamos hecho igual” ha confesado el presidente Sánchez. Con aciertos y errores la lucha sigue. Se juzgará al final. Aunque los empresarios madrileños no están muy conformes con las medidas económicas. Hilario Alfaro, presidente de Madrid Foro Empresarial ha dicho que “el Gobierno de España se ha olvidado de las pymes y de los autónomos.
Las medidas adoptadas no están a la altura de la situación”. Ha añadido una crítica a la no supresión de los contratos de alquiler. “Los establecimientos comerciales están cumpliendo el cierre y como consecuencia no pueden obtener ningún ingreso para hacer frente al cumplimiento de los pagos de arrendamiento de los locales”. Cuando llegue el otoño y casi todo haya pasado nuestra economía estará por los suelos y las voces serán puñales. Si vemos el otoño.
Los políticos siguen divididos. A los empresarios no les gustan las medidas. Los ciudadanos siguen encerrados y son los más cumplidores. El Rey habla para salvarse, pero no le da a Sanidad su dudosa herencia. En el Gobierno la lealtad es una palabra desconocida. ¿Adónde vamos? Eso quisiéramos saber los ciudadanos. Los Idus de marzo no se han ido. Que no se prolongue demasiado el Coronavirus o veremos a los Idus. ¡Qué doce días nos esperan! Paciencia.