Le robo el titular al admirado vecino Joaquín Sabina. Porque estamos en elecciones a la Comunidad y al Ayuntamiento. Porque se cruzan los caminos y, dicen las encuestas, se van a cruzar los ganadores. Vuelve la izquierda. Puede ser. El mar de agua no se puede concebir, pero el mar de personas ya es sofocante. Será que estamos en fiestas. No me he enterado. Pero sí que hay elecciones. “Hay partido”. Está escrito en una lona en la fachada de Génova 13, sede del Partido Popular. Y candidatos. Y candidatas. ¿Candidatas? Hay candidatas. ¡Vaya candidatas que han elegido los partidos! Comenzando por el PP. Se llama Díaz Ayuso. Cada vez que habla sube el pan. Y bajan los votos al PP.
Mira que hay gente por Madrid. Mira que hay candidatos con cabeza en el PP. Y va Casado y Egea y quien haya sido y eligen a su amiga Díaz Ayuso. De la sombra a la luz. De ser una desconocida a aspirar a dirigir la Comunidad de Madrid. No le favorecen las encuestas. El gran público sigue sin conocerla. A pesar de la cantidad de chorradas que dice cada día. Ni por esas. Se busca ya cada mañana cuál ha sido la última chorrada de la Ayuso. Como afición. Como curiosidad. Qué ha dicho. Qué nueva sucursal ha abierto. Sucursal de la risa. Sucursal para tontos. Pero no de pueblo. De ciudad, de este Madrid cuyos aspirantes no dan la talla, salvo alguna excepción.
Hablamos de Madrid. Escuchamos a los aspirantes por Madrid. Incluso a Díaz Ayuso. No se entiende a esta mujer. No se sabe lo que habla. Lo que dice. Si es seria o vacilona. Si improvisa o lo lleva bien estudiado. Si son chorradas o monólogos televisivos. Son chistes malos o es la campaña preparada por algún politólogo (ahora hay muchos) para darse a conocer. Que la conozcan. Que se rían, pero que la conozcan. Y, a ser posible, que la voten. O que la boten. Todo es posible en este partido sin cabeza que ya nadie sabe hacia donde va. Habrá que llamar a Feijóo y Alonso para ver si se endereza al partido que hasta el 26 de mayo sigue gobernando Madrid. A Esperanza, Aznar, Gallardón, González, Cristina... no. A esos ya no. Robos de cremas en Eroski, saqueos estatales o atropellos de motos de agentes… ya no. Nueva era. La era del humor, porque hablamos de Madrid.
Ayuso dice lo primero que le viene a la mente. La primera ocurrencia. Así es ella. Habla por todos. Es tal cual. Nació a una edad muy temprana (Groucho) y, claro, no para de meter la pata. Por ella, por sus compañeros, por la oposición y por los que no van a ir a votar. ‘Estos son sus principios’... de la política. Hay que romper con la dictadura feminista y “emprender por el mundo” a una semana de dar a luz, recuperar los atascos de madrugada en Madrid, nada de celebrar el orgullo gay en la Casa de Campo donde meriendan las familias, familias algunas numerosas por los niños concebidos y no nacidos, y, cuidado, nada de vacaciones, o cuando vuelvan se encontrarán sus casas okupadas por los amigos de los podemitas. ¿Hay quien dé más? Dijo Groucho “no piense mal de mi, señorita, mi interés en usted es puramente...” Omito el final por los tiempos que corren. Pero no pasa nada. “Estos son mis principios, si no les gustan tengo otros” (Groucho), nos puede despedir cualquier día la candidata Ayuso, aunque “es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas” sentenció el genio.
Hablamos de Madrid y de su campaña. Tras el paréntesis del entierro de Rubalcaba y su posterior santificación, los líderes de los grandes partidos han rebajado su agresividad. Casado ya no se mete con Sánchez. Rivera dice que es el jefe de la oposición e Iglesias va de hombre bueno y anda de rebajas. Serán las fiestas de Madrid. Ya Aguirre, al final, dijo que ella era la pobre tonta que no se enteraba de nada, de los ladrones que trabajaban a su amparo. Díaz Ayuso pasará pronto a protagonizar alguna campaña de publicidad si no consigue ser la Presidenta de Madrid. Mismo camino, pero al revés de Cristina. Con esta candidata, Casado parece un César. Con estos candidatos jóvenes se reivindica la vejez como garantía. Sólo quedan los mayores para gobernar Madrid. Seguimos hablando de Madrid. “Donde regresa siempre el fugitivo y los pájaros visitan al psiquiatra”.