Será cosa del Año Nuevo. Será que el viento cambia de dirección. Lo cierto es que al finalizar el pasado año todos los ojos estaban puestos en Cataluña. Con el nuevo año la vista se ha desplazado hacia el sur, hacia Andalucía. A pesar de los premios Nadal. A pesar de Artur Mas. A pesar de Manuel Valls y su desahogo con el ¡qué pesados! A pesar de no entregar los despachos a los jueces en Barcelona. A pesar de todo, Vox y Andalucía atraen la mirada, pero Cataluña sigue siendo el dolor de estómago de España.
Fue sonado en comentario de Manuel Valls ¡qué pesados! Tanto que el movimiento independentista todavía tiene las ventanas abiertas para que se ventile la sala. Ha quedado el sello y el perfume. Que si ha sido “un numerito” dicen los adictos al procès. “Una cosa histriónica” le ha parecido a la alcaldesa Ada Colau. Ella sabe de histrionismo, y bastante. Porque dice que no es del procès, pero votó sí en la consulta de Artur Mas. Porque el año pasado dio plantón al Rey Felipe VI a su llegada al Mobile, pero luego perdió las zapatillas corriendo tras él para saludarle y sonreírle como nadie lo había hecho hasta entonces. Este juego de plantón y cortesía es difícil de asimilar. Ella lo sabe hacer bien.
Plantón a Barcelona por la entrega de despachos a los jueces en Madrid. Pudiera ser. Así el Rey no va a Barcelona. Mirado desde el otro lado parece una rendición de la Moncloa. Una rendición de la monarquía. Cataluña no quiere saber nada de la monarquía. El Borbón que se quede en Madrid. Pero el Borbón es el Jefe del Estado. Ir a Barcelona es provocar. Quedarse en Madrid es que gana Cataluña o su trozo de independentismo. No es normal. Si los jueces se forman en Barcelona porque ahí está la escuela lo normal es dar los despacho ahí, en el lugar que se ubica la escuela. Se dieron en los últimos 20 años, pues se siguen dando, guste o no guste. Ya no se dan los Princesa de Girona, no se dan los despachos a los jueces… , crece la distancia. Crece el secesionismo. Crece la ausencia del Estado. Parece una rendición. Estos principios o presagios recuerdan a otros similares de no hace tantos años. Cuidado.
¡Qué pesadez! ¡Cuántos problemas da Cataluña! Pues vayámonos a Andalucía, parecen indicar desde los poderes del octavo cielo. Vamos a entretenernos a Andalucía. Nuevo gobierno, nuevos pactos, fuera el PSOE, fuera Susana del poder y si es posible también del PSOE, pactos con Vox, unos sí y otros no, aunque sí en diferido,… todo un galimatías a resolver. Por más que se lo proponen el centro de atención no se traslada. Cataluña sigue siendo el dolor de estómago de España. Por donde pasa el futuro. Y el presente. Por donde tienen que pasar los Presupuestos. ¡Ay, qué dolor! Ha dicho Oriol Junqueras al digital Político que “el presupuesto es importante, pero los derechos y las libertades son más importantes”. ¡Toma del frasco Pedrito! Lo dijo antes que Sánchez anunciara que el viernes el Consejo de Ministros aprobará los Presupuestos Generales del Estado. Es igual. Volvemos al punto de partida. A Cataluña.
Habrá debate en el Congreso sobre los PGM. ¡Cuidado! Coincidirá con el juicio sobre el procès. Qué difícil que en esas circunstancias el PDeCAT y ERC apoyen los Presupuestos. Salvo contraoferta de Moncloa. La oferta de dinero ya la suponemos. Siempre fue así y el resto de España --el Oeste también existe señores Sánchez, Rajoy, ZP, Aznar, Felipe--, ya no se inmuta por tales concesiones. Habrá otras concesiones, seguro. ¿El derecho de autodeterminación? ¡Uff! Cuidado señor Sánchez, no piquemos en piedra. ¿Nuevo Estatuto de Autonomía? El resto de autonomías también quieren nuevos estatutos. Parecidos al de Cataluña. ¿No puede ser? Pues busque una salida más justa señor Sánchez.
O volvemos al principio. Sin Presupuestos queda poca legislatura, a pesar de las ganas de seguir del presidente Sánchez. Diputados socialistas se temen una debacle en las elecciones autonómicas y municipales. Mas el juicio del procès. Mas el desencanto de muchos de sus diputados, del PSOE y otros de apoyo. Y sin Presupuestos. No se ve futuro. A pesar de que Dolors Bassa, exconsejera de Trabajo, haya pedido que los partidos soberanistas no dejen caer al gobierno de Sánchez. Por lo que pueda venir. No se ve futuro. Y los problemas siguen en Cataluña, no en Andalucía. Y no por ser ser pesados. No se resuelven. Se le dan vueltas y más vueltas. ¡Qué pesados!