Año nuevo, vida nueva. ¿Seguro? Seguro que no. Seguirá la misma vida que la del año anterior. El sol ha vuelto a salir igual que la pasada semana. Así que la vida seguirá siendo tan horizontal como el pasado año. ¿Se ve alguna nueva estrella en el panorama político español? No. Rotundamente no. Tenemos a los mismos cuatro jinetes del Apocalipsis que ahora empiezan a ser cinco con la irrupción de Santiago Abascal. ¿Pero esas cinco cabezas tienen capacidad y nivel para presidir el Gobierno de España? No. Rotundamente no. Que ahora lo preside uno y luego puede ser otro de estos cinco… Pues sí. Pero España busca un líder de altura cerebral y con las pelotas bien puestas. Porque sino nos esperan años de incertidumbre y desasosiego. O al menos eso dicen cerebros políticos que ya están al margen de la política. ¿Hay un líder así en España? En los partidos políticos no se le ve. Fuera sí es posible. Pero esos líderes no quieren meterse en el barrizal político. Toca esperar.
Esperar. Aunque se agote toda la paciencia de los ciudadanos. Porque se mire donde se mire, no se ve nada ni a nadie ilusionante. A derecha o a izquierda, arriba o abajo o en medio, nada de nada. ¡Qué penita! Hace unos años sobraban políticos con capacidad a ambos lados del cauce del río. Por la derecha o por la izquierda. Hoy no se ve a nadie, no importa el margen por el que pasee. Echemos un vistazo.
Terminó el año y al president de la Generalitat Quim Torra no se le ocurre otra cosa que llamar a los catalanes a sublevarse. Para liberarlos de la "opresión". Y quiere recuperar las leyes que suspendió el Tribunal Constitucional. ¡Toma ya! Vamos avanzando, pero marcha atrás. ¿Es este el nivel de cerebro que necesita la política catalana? ¡Llamar a sublevarse desde la presidencia de la Generalitat! Siempre habían sido los pueblos los que se sublevaban contra sus dirigentes. Parece que el mundo ha cambiado. Y en Moncloa no se enteran, o al menos Pedro no se entera, que con ese presidente es tontería buscar el diálogo. No le da su cerebro para más. Se busca president para Cataluña.
Cambiamos de autonomía, nos deslizamos por el Mediterráneo y, tras larga travesía en patera, desembarcamos en Andalucía. Hubo elecciones. Cambia de manos el poder. Nuevos resultados. Interesantes resultados para el estudio de cara a las elecciones de mayo y a las siguientes generales, cuando sean. ¡Cuidado! ¿Se consiguen pactos? Ahí levanta la voz el partido Vox. Uno nuevo en el tablero. Cinco jinetes y tres no se ponen de acuerdo en quién debe montar el caballo. Quieren echar a la Dama socialista y no hay cerebro que lo sepa hacer. Este Vox condiciona todo y los demás no saben cómo cambiar el rumbo de la patera. ¡Qué nivel!
Volvamos a cambiar de autonomía. ¿Hacia dónde? Uno no acierta pues hay tantos Reinos de Taifas, como se estudiaba en la escuela allá por los años sesenta, que nos perdemos en la elección. Porque se ha escuchado a tantos presidentes autonómicos (de Castilla-La Mancha, Asturias, Aragón, Andalucía, Extremadura) vociferar contra la política del presidente de La Moncloa que ya nadie sabe a qué atenerse. Si no hay presupuestos ¿vamos a elecciones generales en mayo? Serían demasiadas papeletas. Demasiados cruces de urnas. Demasiado. Aunque los ciudadanos, un 74%, sí quieren adelanto electoral. Están cansados de tanta mediocridad, de tanto descerebrado. Se busca un líder.
Habrá que esperar a mayo y, mientras, tiemblan los virreyes de Taifas en cada autonomía por si les alcanza la patada y salen dando vueltas de sus palacetes. Con esta Ley Electoral puede pasar de todo, pero nadie se ha atrevido a cambiarla porque la hicieron para beneficio propio tanto el PP como el PSOE. Ahora les tocará sufrirla. Todo por falta de un líder con visión de futuro. No lo hay o, al menos, no se conoce. Se busca. Se busca un líder, un estadista, un gobernante. Una persona con cerebro y algo de pelotas o de ovarios. Seguiremos buscando en el año que empieza. Salud y suerte para todos. Incluso para los políticos. Para todos.