Lo dicen los políticos. Dos pesos pesados de la política nacional. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Pablo Iglesias, líder de Podemos. Los dos políticos que parece dirigen el país. Iglesias ha manifestado que “no es sensato que en España tenga que haber presos políticos”. Uf. Hablar de “presos políticos” en España tras aquella proclamación ilegal de la República catalana el pasado 27 de octubre; a su vez tras el referéndum ilegal del uno del mismo mes, es un tema que el líder del partido morado, Pablo Iglesias, debería controlar bastante más para no comprometer al Gobierno y su política territorial. La prueba es que ya le contestó Elsa Artadi, la portavoz del Govern, quien afirmó que la Generalitat, además de apostar por el diálogo y la negociación, no excluye “ninguna de las vías” para defender sus postulados, en clara alusión a la independencia.
Las manifestaciones de Iglesias han sorprendido a casi todos. Su reunión con Quim Torra, presidente de la Generalitat, ha dejado un rastro de manifestaciones por ambos lados, que no llegan a entenderse bien. No se sabe a qué juega, ni con quién. “La vía unilateral no está en la agenda catalana”, dijo Iglesias. Sorpresa. ¡Qué cambio más radical! O Quim ya no se pone al teléfono de Puigdemont o si se pone ya no le escucha. Y si le escucha hace lo contrario de lo que le dicen. Puede que ya le esté cogiendo gustillo al sillón presidencial y quiera cierta independencia de su mentor. Por imitarle. Por hacer lo mismo. ¿No se independizó Puigdemont de Artur Mas? Pues Quim lo mismo de Puigdemont. Independencia, es la palabra clave. Pero del president respecto a sus mentores. Oiga, Puigdemont, que ya soy mayorcito; haré lo que crea conveniente. Lo que me dé la gana. El president soy yo, se supone que piensa Quim Torra.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también ha instado “a pasar página del uno de octubre”. Y Artadi le ha contestado rápido que “suponemos que no está intentando decir que los catalanes tienen que abandonar el derecho de autodeterminación”. Cada uno que habla enreda un poco más el tema catalán. Habrá que esperar a la reunión del próximo nueve de julio entre el presidente Sánchez y el president Torra. Ahí pondrán, si son legales, los papeles en la mesa y marcarán el futuro. Del color que sea. Pero claro y conciso. Sin envoltorios. Que los ciudadanos ya están cansados de tanta palabreja y tanta hipocresía de los políticos. De ambos lados. Claridad. Sensatez. Compromiso. Respeto. Y fidelidad a lo pactado y hablado. Nada de juego de palabras para engañar a los ciudadanos. Esperemos.
Porque desde Berlín Puigdemont no parará de llamar, de predicar, de imponer su pensamiento. Al menos lo intentará. ¿Qué habrán acordado sobre Puigdemont Merkel y Sánchez en su encuentro de Berlín? ¿Lo mandarán para España o se quedará Merkel con él? Lo mismo se lo queda y así tienen un motivo para reunirse de vez en cuando. O Sánchez le ha dicho que mejor que Puigdemont se quede en Belín. Mire usted señora, mejor que este tipo se quede aquí y vaya preparando cobijo para otros compañeros. Porque los presos que hay en España, en cuanto los suelte, van a venir corriendo para aquí. Que prepare un hostal para recibirlos. Y si les da un trabajo, mejor. Se entretienen y no dan la matraca todos los días. Alguna carretera habrá que hacer. Pues que trabajen y no incordien. Y siempre le estaré agradecido, señora Merkel. Me hará un gran favor.
Porque se avecina el momento clave para Sánchez. Presos de ETA y procés. ¿Qué va a hacer el presidente Sánchez? Ahí está la clave. Ahí está el futuro. ¿A qué vienen las prisas en estos dos temas ardientes de España? ¿Hubo pactos secretos en la moción de censura? Cuidado Pedro con pisar la línea roja de la Constitución. El poder oculto te vigila. Recuerda lo que se le decía en Roma a los generales: "No olvides que sólo eres un hombre".