La manifestación pro Tabarnia de hoy, sin apenas apoyo de los partidos políticos, ha sido otra demostración de que una parte importante de la sociedad catalana ha decidido plantar cara al nacionalismo al margen de los intereses políticos coyunturales. Los catalanes no secesionistas estamos escaldados de los partidos que teóricamente deberían defendernos. No estamos dispuestos, como pretenden los denominados equidistantes y tienen la permanente tentación de hacer todos los partidos, a volver a callar, a continuar siendo catalanes de segunda, para que volvamos al statu quo anterior al procés, deseo que parecen compartir al menos parte de los constitucionalistas y de los independentistas.
Se trata de dialogar, pero no de cómo se separa Cataluña o cómo siguen manteniendo la hegemonía los nacionalistas, sino de qué pacto es necesario en Cataluña para restablecer la igualdad de derechos entre todos los catalanes.
Sólo cuando el nacionalismo acepte que Cataluña es plural y demuestre una voluntad de gobernar para todos los catalanes, podrá plantearse volver a la normalidad
Los independentistas --amigos de la ultraderecha y de los etarras-- pretenden descalificar cualquier reacción contra sus pretensiones totalizadoras calificándola de lo que ellos son: ultranacionalistas supremacistas. La realidad es que en todas partes cuecen habas, pero cuando se reivindica una identidad plural no se es nacionalista. Cuando se apela a la fraternidad no se es nacionalista. Hoy se veían banderas españolas, pero también de Tabarnia y catalanas.
Sólo cuando el nacionalismo acepte que Cataluña es plural y demuestre una voluntad de gobernar para todos los catalanes, podrá plantearse volver a la normalidad. Sin ese requisito previo, cualquier pacto será una traición a la Cataluña mestiza que ha despertado por los excesos identitarios. Deberían tomar nota todos los partidos constitucionalistas con representación parlamentaria.
Lo que ha pasado en Cataluña no es un paréntesis que se deba cerrar para volver a las andadas. El daño causado a todos los catalanes no se olvida con un ejercicio de amnesia por parte de los que nos manifestamos hoy o en octubre. Nuestras reivindicaciones, basadas en la igualdad, la libertad y la no discriminación, no vamos a permitir que sean orilladas. Exigimos ser tratados como interlocutores para construir, de verdad, una Cataluña de todos.