Ya estamos aquí. Feliz año a todos. Pero no se ha movido nada. O casi nada. Seguimos en el pasado año en lo referente a la política. El Gobierno de Madrid esconde todas sus miserias con la tapadera de Cataluña. ¡Vaya sorpresa! Han marcado los titulares. Hasta Fernando Martínez Maíllo repite las mismas frases en Benavente, provincia de Zamora. ¡Qué cosas hay que escuchar! Culpa a Ciudadanos de su debacle, la del PP. Y "Cs tiene que intentar hacer gobierno". Como Rajoy tras las elecciones de diciembre de 2015. Ah, no. Me equivoco. Que fue cuando Rajoy le dijo al Rey Felipe VI que él no formaba Gobierno. Y nos llevó a otras elecciones, las de junio de 2016. Qué frágil es la memoria, cuando interesa. Pues todos repiten: "Arrimadas, gobierno en Cataluña". "Ciudadanos cumple tu compromiso con Rajoy", suplica Maíllo. Le tiemblan las piernas. Hasta el Presidente de España hace gala de los mismos titulares y culpa a Cs de la "derrota constitucionalista". Por llevarse "el voto útil". Mírate al espejo, Mariano. Y cuidado. Puede que Cs te obligue a convocar generales. Y sea tu final. Cuidado.
Pues ya estamos en marcha con el nuevo año. El Gobierno y el Partido Popular ya nos venden sus titulares de propaganda. Todos a una. Palo a Cs y necesitamos presupuestos para 2018 para tener estabilidad y provocar crecimiento y empleo. ¡Oléeee! Hay que venderse. Y dicen por lo bajini que hay que reformar las pensiones y el sistema autonómico. ¿Cómo? Sin levantar la voz. Que no se entere nadie, por favor. ¿Reformar qué? Por Dios, no nos vendas lo que ni en sueños has pensado en reformar. A lo peor ya no te queda tiempo. Analicemos.
Mírate al espejo, Mariano. Y cuidado. Puede que Ciudadanos te obligue a convocar las generales. Y sea tu final
Para Cs ha sido bueno el resultado de las elecciones catalanas. Tendrán más despachos y más dinero. Lo contrario que al PP. Y lo contrario que para España. Ha sido un desastre el resultado electoral. Convocar comicios anticipados fue un gran error. Dicho con antelación. Se buscaba que el grupo independentista no consiguiera mayoría. Fracaso. Lo consiguieron, Rajoy. Y tal como queda el patio nos encaminamos a que la nación española se vaya desmembrando. Y la historia te pondrá de culpable. Y como ayudantes del desastre están Pedro y Albert. O sea, Sánchez y Rivera. Se os ha olvidado que la primera reforma es la ley electoral. Ya sabemos que es complicada. Y se necesita mayoría de dos tercios en el Congreso y el posterior referéndum. Pero algún día habrá que hacerlo. Lo que no comulgan los españoles es que con menos votos se consigan más diputados. Ya no. Ya no se puede ocultar más la injusticia de esta ley, que de ley no tiene nada. Y el pan de la ciudadanía está fermentando. Contra la ley electoral y el sistema autonómico. Dos capítulos muy graves, Mariano.
¿Y cuáles han sido o serán las consecuencias? La primera ha sido que el PP y la CUP han quedado heridos de muerte. Después, en cuanto los reyes magos se vuelvan a Arabia, en Cataluña habrá un gobierno independentista. Mayor fractura social. Si lo juntamos al desastre de Gobierno que hay en Madrid la consecuencia será que las inversiones extranjeras en España desaparecerán. Caída a plomo. Adiós a muchas empresas. En Cataluña y en España. Por la incertidumbre. Política y jurídica. En Cataluña será más dura. Habrá catalanes que emigren a otras regiones españolas. La vida al revés de lo que fue en tiempos no muy lejanos. Dicen que el PIB caerá entre el 1,3% y el 1,5% en Cataluña. Y en España no se crecerá más del 1,8%. Ahí es nada. Adiós acuerdos presupuestarios. Adiós pactos con Bruselas.
Se precisan reformas urgentes. Y pasan porque Rajoy y su parsimonia se vayan caminando a Pontevedra. Con su corte de aduladores e ineptos. El momento requiere y exige la valentía de Albert Rivera. Ya no se puede esperar más
Entre que el poder está en manos de una oligarquía de partidos políticos, que la contabilidad nacional está manipulada desde 2008 por lo menos, que el Estado autonómico es insostenible y en los ciudadanos ya está fermentando el convencimiento de que así no se puede seguir. Entre que la recuperación económica es una gran farsa y los casos de corrupción serán juzgados esta primavera, se intuye que el año que empieza va a dar mucho de sí. Tal vez demasiado. Estaremos todos expectantes por si a Rivera se le ocurre cargarse a Rajoy y provocar anticipadas. Ahí es nada la que nos espera. Se precisan reformas urgentes. Y pasan porque Rajoy y su parsimonia se vayan caminando a Pontevedra. Con su corte de aduladores e ineptos. El momento requiere y exige la valentía de Albert Rivera. Ya no se puede esperar más.