Los políticos secesionistas, además de apropiarse indebidamente de la representación de todos los catalanes, han negado que Cataluña estuviera dividida y fracturada. Aquellos que no viven en Cataluña podían creerles. De hecho, les han creído durante muchos años. La manifestación de este domingo supongo que les habrá abierto los ojos, si todavía tenían dudas. El secesionismo no representa al pueblo de Cataluña sino a una parte minoritaria de sus ciudadanos, por muy movilizada e hiperventilada que esté. Una mentira al descubierto.
La economía no se resentirá. Viviremos mejor porque desaparecerá el déficit fiscal. Las empresas no se irán... De momento, bancos y muchas empresas han trasladado la sede social, lo que implica menos ingresos y, a la larga, caída del empleo y del PIB. El comercio, vía boicots y aranceles, también se resentiría. Los gastos se incrementarían por el aumento de la administración y la creación de un ejército de nueva planta. El nuevo Estado nos empobrecería.
Ya nadie podrá equiparar catalán y secesionista. Ya nadie podrá seguir usando el nombre de Cataluña en vano. Hoy se ha dado un paso muy importante
Seguiremos en la Unión Europea... Pues no. La UE no está por suicidarse. Manuel Valls, ex primer ministro francés nacido en Barcelona, ha sido explícito. La secesión de Cataluña traería la guerra a Europa.
Cataluña sería un Estado democrático... Otra mentira. No puede serlo un Estado fundado en la deslealtad, el acoso al disidente, el uso y abuso de los medios públicos para fines particulares. El nuevo Estado seria represor, única forma de mantener el poder por quienes mienten y manipulan. El enemigo externo y el interno justificarían, como en tantos países, la falta de libertad.
Y podría seguir con otras mentiras, como que los catalanes aprobamos que no haya casi nada de castellano en la escuela o que nos gusta que las aulas sean centros de agitación y propaganda. Un referéndum sobre estas cuestiones estaría muy bien.
Ya nadie podrá equiparar catalán y secesionista. Ya nadie podrá seguir usando el nombre de Cataluña en vano. Hoy se ha dado un paso muy importante. Ahora no hay que bajar la guardia ni permitir que la situación se enquiste indefinidamente.