Sueño, hambre, bostezos, maquinitas para jugar, preparación de cigarrillos, aburrimiento... ha habido de todo, menos interés. La emoción de censura que tantos días estábamos esperando ha sido un fracaso. ¿Dónde está el programa de Gobierno, señor Iglesias? ¿Dónde su altura de estadista? No se ha visto. No se le ha escuchado una frase digna de programa. Acusaciones, acusaciones... Ya se conocen todas y no sirve de nada. Tendrán que hacer otra cosa, para eso están en el Parlamento, digo en el circo, con perdón del circo, que tiene más nivel. Ya lo dijo la presidenta, doña Ana Pastor, no invento nada.
Pues había expectación por ver otra moción de censura al Gobierno después de tantos años. La tercera, que sepamos. Pero no ha tenido nivel. "Estos jóvenes del PP son una basura, incluso la vice", murmuraba entre dientes un viejo diputado del PP, jurista, de alta alcurnia, ex de muchos cargos, tras salir del Congreso y asistir a la primera parte de la moción. De todo hay. "Con lo malo que es Rajoy y es el mejor de ahí dentro", añadía, recordando los viejos tiempos de buen orador. Pues es lo que hay. Bueno, malo y regular. No hay más que fijarse en el trío que rodea a Mariano en cada toma de TV. Soraya, Maíllo y Hernando, de izquierda a derecha, por supuesto. Es lo que hay, naturalmente. Para mejorarlo ya están los medios de comunicación, poniendo música al circo y pintura al decorado. Fieles servidores del poder. "Pero es lo que hay", matiza un ministro en ejercicio.
Para que una moción de censura como ésta, una sesión de circo sin riesgo alguno, tenga algún interés habría que empezar porque los discursos fuesen más cortos, más brillantes y de más interés. Es necesario que lo regulen por ley --¿ha hecho alguna ley este Parlamento en un año de legislatura?--. Con esta estructura a Mariano le sobra un brazo para destrozar a sus adversarios. Buen parlamentario, no precisa ayuda de sus ministros. Se vale solo. Pero esta vez estuvo un poco desesperado. Tras horas de escuchar un tedioso discurso donde tuvo que soportar el inventario completo de la corrupción del PP en los últimos años, no le quedó estómago para ser brillante. Muy fuerte la digestión. Empacho. Aunque, ya se ha visto más veces, le da igual. La corrupción no le afecta. Salvo que le tiren con melones podridos o con botellas de aceite vacías. ¿Quién se llevó el aceite? Él lo sabe.
La emoción de censura que tantos días estábamos esperando ha sido un fracaso. ¿Dónde está el programa de Gobierno, señor Iglesias? ¿Dónde su altura de estadista? No se ha visto
Pero pasa de todo. Lo ha demostrado en repetidas ocasiones. Así que busquen otros derroteros para hacer impacto en su cabellera. Puso cara de pocos amigos pero los golpes le resbalaron. Pronto el viento fue favorable porque la moción no tenía fundamento y era un fracaso con antelación. A Podemos sólo le interesa ser protagonista. Pantallas de TV. Portadas de periódicos que nadie lee. Comentarios en las redes que sí les gusta.
También le gusta a Podemos descalificar. ¡Un respeto, señor Iglesias! Las minorías también se expresan, y aunque a usted no le guste no por eso hay que despreciarlas. Ustedes también son minoría. Y si no, cuente. Desde la tribuna hay que ser elegante con los grupos minoritarios. También representan a grupos de ciudadanos españoles respetables y dignos de oír. Su autopropaganda la ve cualquier aficionado a la pantalla. Descalificaciones del peor Iglesias. Le sale su natural. No ha descalificado así a Rajoy, con quien parece hacer mejores migas. Se necesitan y se hacen favores mutuos. Antes de que llegue Pedro y lo eche todo a perder. Su tranquilidad y su reparto de pantallas.
Nos hemos quedado sin ver un moción de altura. Se ha quedado en emoción de sus seguidores. Le ha salido mal. Bastante mal. Sin programa de Gobierno, sin número de votos, sin altura de estadista, sin compañía de otros partidos, sin elegancia con las minorías, sin claridad sobre Cataluña, sin ganas de sacar a Rajoy del poder, pero sí de fundir a Pedro y al PSOE. Desastre, señor Iglesias. Algún líder desapareció tras una moción de censura. Cuidado. Prepare mejor sus intervenciones o los ciudadanos le van a suspender en junio. El próximo, que éste ya está asfixiado. Porque el próximo junio pueden ser ustedes minoría en el Congreso. Nos entendemos.
No vale cambiar las formas. Ni hacer falsas promesas. Porque "Rajoy es Presidente gracias a usted, señor Iglesias", como le ha dicho Albert Rivera. El circo se ha animado al final. Siempre hay alguna artista pepera con ganas de hacer méritos. Y algún portavoz que estaba mejor callado. Se echan en falta los malabaristas. Los de verdad. Habrá que elevar el nivel circense del Congreso, señora presidenta.