El único saludo del Gobierno del PP a la nueva dirección del PSOE ha sido recordarle repetidamente que hay que gobernar para todos los españoles, no para los votantes socialistas, y que se debe hacer como en el resto de Europa: o sea, como lo hace Mariano Rajoy, que aplica las recetas liberales que dicta la Comisión Europea.
Luis de Guindos se pronunció en ese mismo sentido ayer en las jornadas de Sitges del Círculo de Economía: el PSOE de Pedro Sánchez debe seguir haciendo la oposición amable que ha hecho desde octubre pasado el PSOE de la gestora y compartir el grueso de la política económica.
Aunque tiene algo de verdad, es un mensaje muy tramposo. El Gobierno se salta las políticas liberales cuando le viene bien, como se ha podido comprobar a menudo, sobre todo en materia de déficit público. O como ha sucedido en la negociación del apoyo del PNV a los Presupuestos de 2017, algunos de cuyos extremos se mantienen en secreto; y como está ocurriendo también con la negociación de los dos votos canarios que necesita para la aprobación definitiva de las cuentas.
La salida de la crisis es evidente. Lo demuestran los datos y la actitud de los ciudadanos, que han ganado confianza y gastan más. No solo aquí, sino en toda Europa; y también en Estados Unidos, donde se ha aplicado otra política.
El INE ha confirmado que el PIB creció una décima más en el primer trimestre de este año que en el segundo semestre de 2016, hasta el 0,8%, lo que supone un ritmo anualizado del 3%. Es de los más altos de Europa, pero lo cierto es que no todos los españoles se benefician por igual de esa mejoría.
Lo que quiere conservar el Gobierno de Rajoy es el nuevo modelo económico producto de las reformas aplicadas en los últimos años: la riqueza se distribuye de forma que fomenta la desigualdad.
Lo que quiere conservar el Gobierno de Rajoy es el nuevo modelo productivo salido de las reformas aplicadas en los últimos años: la riqueza se distribuye de forma que fomenta la desigualdad.
Crecemos al 3% y la generación de empleo también lo hace a buenas tasas, al 2,5% en el primer trimestre. De la misma forma, los ingresos por cotizaciones a la Seguridad Social han mejorado el 4,24% en el mismo periodo, cuando en el primer trimestre de 2016 lo hacían al 2,72%. O sea, las cuotas crecen por encima de la afiliación, que en marzo lo hizo al 3,49%.
Son buenas noticias, y, en paralelo, el beneficio de las empresas, según la central de balances del Banco de España, aumentó un 24% en 2016 (un 18% en 2015), y su rentabilidad el 8,6%.
El salario medio mensual de finales de 2016 era de 2.010,73 euros, un 0,8% por debajo que el año anterior. Lo sueldos regulados a través de convenios mejoraron el 1%. En estos momentos, patronal y sindicatos no se ponen de acuerdo en la negociación de las mejoras laborales a través de los convenios porque la parte social --como se decía antiguamente-- reclama un abanico de subidas nada menos que de entre el 1,8% y el 3%. ¿Es éste el cuadro macroeconómico que quiere perpeturar el PP?