El Partido Socialista francés ha recibido un sonoro revolcón en la primera ronda de las elecciones francesas y queda a uña de caballo ante las legislativas del próximo mes de junio. El Partido Laborista en el Reino Unido no va a tener mejor suerte en las adelantadas elecciones convocadas por May. Ambos partidos han levantado, tras unas primarias, la bandera de la izquierda radical como alternativa a la derecha neoliberal. Sin embargo, en ambos países han sido derrotados --como es el caso de Francia-- o están a la espera de una nueva derrota --en Gran Bretaña--.
Los dos partidos están condenados al fracaso tras abandonar la socialdemocracia tradicional y abrazar tesis maximalistas. En el Reino Unido, Jeremy Corbyn ha dejado al pairo a las clases medias, y a los jóvenes urbanitas, con posiciones antieuropeas, mientras que Hamon se ha situado a la sombra de Francia Insumisa de Mélenchon. Apenas ha sumado el 7% de los votos, mientras que la nueva marca de la izquierda radical francesa ha superado el 18%. Ante una marca blanca, los electores han preferido el original. Los jóvenes le han abandonado, siendo Mélenchon el más votado en esa franja de edad, y le han dado de lado los electores de las grandes ciudades, que han optado por una opción más realista como Macron.
Los partidos socialistas están condenados al fracaso si abandonan la socialdemocracia tradicional y abrazan tesis maximalistas
Eso sí, ambos líderes han sido elegidos por las bases. Siempre se ha dicho, y así ha sido, que la militancia está más a la izquierda que sus dirigentes. Ahora el problema es que las bases deciden que el partido se debe escorar a posiciones radicales dejando huérfanos a los miles de ciudadanos que se sitúan en ese ansiado centro político, fundamental para ganar unas elecciones. Los dirigentes pierden de esta forma su capacidad de estrategia y el partido se sube a las olas de los populismos. Pero, con el populismo no se ganan unas elecciones.
En España, la historia se va a reproducir si en las primarias del PSOE gana Sánchez. La alternativa socialdemócrata se va a difuminar en una alternativa de izquierdas maximalista que va a competir por un espacio en el que se encuentran Podemos e Izquierda Unida. El socialismo de Sánchez va a agitar una bandera que ya tiene dueño electoral, y repetirá fracaso porque los electores ya tienen un referente político en ese espacio.
En España, la historia de Francia y el Reino Unido se va a reproducir si en las primarias del PSOE gana Sánchez
El socialismo español tiene el 21 de mayo una oportunidad para frenar su declive. Susana Díaz, y en menor medida Patxi López, representan la socialdemocracia tradicional. Díaz gana elecciones en Andalucía. También Fernández Vara en Extremadura, Javier Fernández en Asturias, García-Page en Castilla-La Mancha y Ximo Puig en Valencia. Es el socialismo de siempre que tiene que aprender de los errores del pasado, pero que se niega a experimentos. En política, los experimentos con gaseosa y sobre todo atendiendo a que "no por gritar más, se tiene más razón". Hamon y Corbin son dos ejemplos que la militancia socialista debe dar carpetazo para que Sánchez no emule la caída en barrena del socialismo francés e inglés.