Es difícil precisar con toda objetividad cuál es la ideología que subyace detrás de las propuestas de movimientos nacionalistas como la Assemblea Nacional Catalana (ANC), pero sí podemos apuntar que está impregnada de una filosofía que perfectamente podría describir a Cataluña de la siguiente manera. La ANC cree resueltamente en Cataluña. Una Cataluña que no es un territorio ni un agregado de hombres y mujeres, sino ante todo una unidad de destino, una realidad histórica. Una nación que supo cumplir --y aun tendrá que cumplir-- misiones universales. Para la ANC, Cataluña existe como algo distinto y superior a cada uno de los individuos, de las clases y de los grupos que la integran, y aún al conjunto de todos ellos. Cataluña ha de tener sus fines propios. Son esos fines la permanencia en su unidad, el resurgimiento de su vitalidad interna y la participación con voz preeminente en las empresas espirituales del mundo ("el món ens mira"). El Estat català debe ser un Estado de todos que no se mueva sino por la consideración de esa idea permanente de la Cataluña eterna, nunca por la sumisión al interés de una clase ni de un partido.
Lo anteriormente escrito se inspira en el discurso fundacional de un movimiento nacional de corte populista de la Europa de los años treinta, si bien es cierto que la ANC está lejos de la dialéctica de violencia sectaria que caracterizaba a este grupo.
Ha llegado el momento de políticos reformadores capaces de encontrar una respuesta al inmovilismo unitarista y al secesionismo más sectario. Respuesta constitucionalista y federal, abierta a amplios sectores de la sociedad española
La ANC es un movimiento nacional que supera las contradicciones de clase, sus componentes se inmolan en el altar de la patria. El movimiento recorre la sociedad catalana desde los círculos que tradicionalmente han concentrado el poder: Palau de la Música, Cercle del Liceu, Llotja del FC Barcelona... hasta los antisistemas y comunistas ortodoxos, transformados en soberanistas radicales, que confunden el derecho de autodeterminación estalinista con la democracia y la libertad de los ciudadanos de Cataluña. Sin duda, el núcleo duro de la ANC tiene sus bases más activas en las capas menestrales de la Cataluña "catalana" (Marta Ferrusola dixit) , "els carlins de la muntanya", en donde ERC y la CUP se disputan su hegemonía y liderazgo. Sin embargo, la pujanza de este movimiento no hubiese sido posible sin la colaboración y financiación de empresarios como FemCAT, los Daurella, Rodés, Carulla (Agrolimen), Sumarroca (COMSA), Bon Preu, Nutrexpa, Bagó (Grupo Serhs)...
La ANC lidera el llamado procés, éste ha entrado en una fase que recuerda a lo que en la física cuántica se denomina el movimiento browniano, caracterizado por las colisiones entre las diferentes partículas (átomos y moléculas) que lo componen: partidos, instituciones, organizaciones sociales... Tiene además el procés una componente estocástica, está "determinado" tanto por acciones predecibles como por magnitudes aleatorias que varían con el tiempo. The deadline se acerca, el referéndum será convocado y, ante la imposibilidad de realizarlo, el procés se aproximará a su colapso para volver a nacer y repetirse; la teoría filosófica del "eterno retorno". Dicho en román paladino, hoy no tiene solución, pero habrá que encontrarle una salida.
Ha llegado el momento de políticos reformadores capaces de encontrar una respuesta al inmovilismo unitarista y al secesionismo más sectario. Respuesta constitucionalista y federal, abierta a amplios sectores de la sociedad española. Lo que vaya a ocurrir dependerá de que un Gobierno de España, no atrapado por la corrupción, desarrolle un proyecto de país inclusivo y solidario, que permita a los ciudadanos de Cataluña no solo participar en él sino aspirar a liderarlo.