Albert Rivera y su partido Ciudadanos han salido victoriosos en Murcia. De momento. Su victoria ha hecho que el ya expresidente Pedro Antonio Sánchez haya dimitido de su cargo. Entre aplausos y abrazos. ¿Porque se iba? Sí. Porque se iba. Abrazos de Fernández Maíllo, vicesecretario del PP. ¡Vaya papelón, Fernando! Si tu amigo Mariano te ha puesto para eso, mejor te había dejado en Zamora. Que lo resuelva la jefa, La Cospe. No. Ella sólo está para las celebraciones y presidir el Corpus. Ah, que también es ministra de Defensa. Claro, no le queda tiempo. Tú, Fernando, cargarás con todos los muertos. Y éste no será el último.
Pues ya lo vimos todos. La representación teatral de la dimisión del presidente de Murcia. Teatro, puro teatro. Porque se va de la presidencia, pero no de diputado, por lo que sigue protegido al ser aforado, ni de la presidencia del partido, por lo que sigue mandando en el Gobierno y en Murcia. Mandando más. Y alguna venganza se tomará. Al tiempo, señores de Ciudadanos. Es una victoria a medias. Y las medias nunca fueron buenas. Pasan a ser ustedes los justicieros de la política. El partido azote de la corrupción. Es lo que querían. Por eso han luchado. Es su bandera. Rivera ya puede presentarse como triunfador. El justiciero de la corrupción. Falta le hace a la política.
Teatro, puro teatro. Pedro Antonio Sánchez se va de la presidencia, pero no de diputado, por lo que sigue protegido al ser aforado, ni de la presidencia del partido, por lo que sigue mandando en el Gobierno y en Murcia
Pero las victorias a medias suelen terminar en derrotas. Si el presunto delincuente se aparta de un cargo, que se aparte de todos. Y de la política. No pueden seguir manchando la profesión política. Sí, ya se ha convertido en una profesión. De ahí su decadencia. Apartarlo de todo. Y que no vuelva en muchos años. O nunca. Porque, a lo peor, el señor Sánchez vuelve, porque no se ha ido. Y las manchas se propagan más por la región. ¿Más? Sí, puede que más. Porque a Mariano Rajoy, al Gobierno y al PP lo que le preocupa es perder el poder en Murcia. El poder. Esa es la clave. Ante el peligro de perder el poder, “fuera Sánchez, a la reserva”. Pánico a perder el poder y que lo cogiera un tripartito. ¡Uf, peligro! Anda que si se les ocurre hacer lo mismo en Madrid... “Dios no lo quiera, ni lo piensen”, comentan políticos populares por la rivera del Manzanares. Tripartito, vaya palabreja. Sólo de oírla, tiemblan los populares.
Fueron 45 días de tensar las cuerdas. “Se podía haber hecho en 15 minutos” manifestó Rivera en un desayuno reciente. Y con razón. Ya de paso, le mandó un misil a Rajoy manifestando que “el problema es que Rajoy siempre protege a los imputados, en vez de echarles”. Pero el PP se armó de demagogia defendiendo la presunción de inocencia. Y en diez minutos se olvidó de ella. Cuando vio que el tripartito iba en serio. “Perder el poder, no”, manifestó Mariano. “Fernando (Martínez Maíllo) vete a Murcia. Pon a otro. Pero perder el poder, nunca”. Se terminó la presunción de inocencia. Pero los tripartitos no nos echan, debieron pensar. No está el PP como para perder un gobierno regional.
Ciudadanos, victorioso. Albert, victorioso. El juez Velasco, su ayuda proporcionó al pedir al TSJ de Murcia que investigara otros tres casos de presunta corrupción. Tres más, arrimados a los ya investigados. Hay trabajo en Murcia. Pero por una vez, por primera vez, el partido Ciudadanos ha sido útil. Al país y al sistema. Y en el PP preparan la venganza. ¿Cuándo? Que pase el trago de los Presupuestos. Atentos. La habrá.