Dice la Directora Gerente del FMI, Lagarde, que "la fortaleza del dólar junto con la debilidad de los precios de los productos crea riesgos para los balances y financiación de los países deudores en dólares". Directamente a la yugular económica de América Latina. Porque se está reduciendo la demanda de materias primas por lo cual sus exportaciones están cayendo en picado. La consecuencia será la depreciación de sus monedas. A lo que hay que sumar que el dólar se está fortaleciendo. No se olfatea buen panorama. ¿Otra vez la recesión económica?
En China los temas económicos tampoco son muy optimistas. Necesita, según cuentan los gurús económicos, bastantes reformas estructurales. Tanto crecer, tanto crecer y se puede desmoronar a poco que sople el viento en contra. No está muy integrada en la economía mundial. Aunque esto nunca se sabe qué es mejor. Su gran dependencia de las economías desarrolladas juega en su contra. Le falta demanda privada, acostumbrada a la dependencia pública. Vamos, que el paraíso económico que nos han estado vendiendo se puede ir al infierno recesivo. ¿Vuelve la recesión?
Los nuevos puntos de referencia económica que parecía iban a tomar el relevo están dejando de brillar. Rusia no despega. Brasil retrocede. Venezuela y Argentina están desaparecidas. China, estancada. Estados Unidos, habrá que esperar. Europa, no se sabe hacia dónde va. Total, dicen los gurús, que iniciamos un trienio 2017-2020 donde la economía mundial se va a paralizar. Que se estancará donde está. Si le sumamos que el precio del petróleo está escalando peldaños por la reducción de la producción de la OPEP y que oriente próximo y sus alrededores están en guerra declarada o en el prólogo de lo que puede ser la III Guerra, el optimismo económico se vuelve a las cavernas. Que pintan bastos. Que las bolsas se pueden dar el gran batacazo. Y sin calcular la influencia de la subida de los tipos de interés del dólar. ¿Otra vez la depresión?
Rusia no despega. Brasil retrocede. Venezuela y Argentina están desaparecidas. China, estancada. Estados Unidos, habrá que esperar. Europa, no se sabe hacia dónde va. ¿Vuelve la recesión?
¿Y los tratados de libre comercio? Tanto tiempo y tanta letra en vendernos las bondades de los libres tratados. Pues se pueden ir al traste. Las grandes empresas se han endeudado peligrosamente por su afán de crecer. De ser gigantes. De repartir más dividendos. De ser monopolios.
El Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México (NAFTA o TLCAN), firmado por el presidente Clinton en 1994, habría tenido como efecto colateral la desafección de segmentos de población blanca respecto del establishment tradicional demócrata y republicano, por lo que el candidato republicano Trump se propone renegociarlo. Igualmente, la Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), la pieza central de Obama en su política de reafirmación del poder económico y militar en la región del Pacífico, se puede ir al garete porque el presidente electo de EEUU, Donald Trump, también incluyó en su programa electoral la salida de EEUU de dicha asociación.
Y sin hablar del TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión entre EEUU y la UE) cuyas negociaciones deberían finalizar para principios del 2017 pues en teoría tan sólo implican la eliminación de aranceles, la normativa innecesaria y las barreras burocráticas pero que en la práctica estarían plagadas de escollos, como la normativa alimentaria y fitosanitaria. Francia y Alemania ya expresaron serias reservas a la Comisión. No sería descartable en el 2017 el rechazo de la mayoría europarlamentaria a la aprobación de dicho tratado. Volver al pasado. ¿Volver a la recesión?
Si asistimos al finiquito de los tratados comerciales transnacionales (TTIP, NAFTA y TTP) y a la implantación de medidas proteccionistas frente a los países emergentes, y si tanto la UE como EEUU amplían la doctrina del fomento del consumo de productos nacionales en forma de ayudas para evitar la deslocalización de empresas, estamos volviendo al pasado proteccionista. Volvemos al proteccionismo económico que tantas páginas llenó de tinta y tantos metros de tierra de miseria. Empezando por España, cuyos miserables años no queremos recordar. Adiós a la globalización económica y al sueño global sin fronteras. ¿Volverá la recesión?