El pasado 13 de julio, el Parlament de Cataluña aprobó por aclamación de todos los grupos de la cámara el llamado Pacte Nacional per a la Indústria, con el apoyo como siempre de todas las fuerzas vivas del país --sindicatos, patronales, colegios profesionales, universidades--. El pacto aboga por el fomento de la industria para reactivar la economía del país.
Las políticas industriales en Cataluña han pasado de gobiernos nacionalistas muy preocupados por la defensa de los intereses clientelares de su burguesía industrial, acostumbrada al proteccionismo --a través de subvenciones, ayudas, créditos blandos... que permitían anclar fidelidades--, a la puesta en marcha de una poderosa maquinaria de propaganda que anuncia a bombo y platillo que la mejor "estrategia industrial" es la independencia.
El gobierno nacionalista de la Generalitat ha puesto en marcha una poderosa maquinaria de propaganda que anuncia a bombo y platillo que la mejor "estrategia industrial" es la independencia
A partir de 2014 se pone en marcha dicha estrategia, soportada por un imponente aparato agitprop. Se trata de transmitir a través de actos públicos, mítines, asambleas lideradas en muchos casos por el ex MHP Artur Mas, conceptos muy simplistas repetidos hasta la saciedad que son publicitados en los medios de comunicación del régimen y que terminan calando en la sociedad catalana. Para ello han contado con una sociedad civil muy obediente y disciplinada.
Por motivos profesionales he tenido el honor de participar en muchos de ellos. Recuerdo el mitin del 4 de julio de 2014 donde el ex MHP Artur Mas ante unos 2.500 empresarios en el Centro de Convenciones Internacionales de Barcelona dirige la representación teatral que lleva por título "La Cataluña Industrial: un objetivo compartido". Entusiasmo de empresarios afines al régimen, centenares de funcionarios y cargos públicos, arropando al líder. Se reciben las consignas de turno, "soms diferents", nosotros somos emprendedores, los de Madrid se dedican al pelotazo...
Otro clásico son las puestas en escena anuales desde 2013 del "Manifest del Pacte per a la indústria a Catalunya", normalmente acogidos en el paraninfo de la Universidad de Barcelona, que va por su tercera edición.
Ha habido algunos espectaculares, como el de la entrega de los Premios Nacionales de Investigación 2014, el 28 de abril 2015, en el Auditorio, presidiendo el mitin el ex MHP. El president afirma con rotundidad el liderazgo de Cataluña, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Si Cataluña ha progresado y avanzado en estos 40 años más que en toda su historia, gracias entre otras cosas a la Constitución española y al Estatut, por qué poner en peligro estos logros y la estabilidad institucional con un proceso de secesión rupturista que puede conllevar repercusiones difíciles de imaginar?
Mientras los países industriales hacen industria, nuestros gobiernos nacionalistas organizan actos propagandísticos
Recuerdo con especial cariño el último al que asistí, un mitin del ex MHP en la XXII Semana de la internacionalización, en el Palacio de Congresos de Cataluña, el 19 de junio de 2015. La obra teatral se titulaba Catalunya oberta al mon. Se destaca que somos como Austria, Dinamarca, Holanda... y que pasaremos a ser una de las primeras economías exportadoras de Europa, cuando seamos independientes. La independencia es la mejor estrategia para incrementar nuestras exportaciones, el argumento es que "lo que vendamos a España contabilizará como exportación". Ese día el ex MHP luce con la mejor de sus sonrisas, estilo final de Copa del Rey.
Llevamos cuatro años organizando mítines y escribiendo manifiestos. Mientras los países industriales hacen industria, nuestros gobiernos nacionalistas organizan actos propagandísticos.
Se anuncia que la innovación será el pilar de la nueva república. La realidad es que estamos lejos de las comunidades que más dedican a la inversión en I+D+i , muy por debajo de la media europea y de otras comunidades autónomas como Navarra, País Vasco y Madrid.
Me dicen mis amigos sindicalistas que esta vez va en serio, pues cuenta con el soporte unánime del Parlament de Cataluña. Me he tranquilizado. Prometo escribir sobre esto en otra ocasión.