Ya cruzó por Castilla. Ya pisó Tierra de Campos. Cual reina Isabel. Digo, cual reina Susana a la conquista de León y Castilla. Susana Díaz de Andalucía encontró el restaurante de la conjura. Buena comida y mucho de qué hablar. Y un tema principal. Hay que cargarse a Sánchez. Sucedió en un verde Castro. Cerca de Benavente. Tras muchas horas de discusiones, una conclusión final: cargarse a Pedro Sánchez. Todos a una firmaron la Conjura de Benavente.
Esto parece de otros tiempos. Allá por el siglo XIV, cuando las rebeliones eran la noticia de cada día. Y cuando Pedro I, llamado El Cruel, por unos, y El Justiciero por otros, ponía orden cortando cuellos o prendiendo hogueras. Faltaba un siglo para que llegase Isabel de Castilla a poner orden. ¿Falta un siglo (una legislatura) para que llegue Susana de Andalucía a poner orden en el PSOE? ¿Será ella la elegida? ¿Qué papel desempeña J. L. Rodríguez Zapatero? ¿El de Rey de León o el papel de los Trastámara? Porque estuvo en la larga comida elaborada y servida por el maestro Lera donde se sirvieron escabeches, pichones y... perdigones para repartir entre la familia socialista. Dicen que las guerras civiles siempre fueron las peores y ésta parece que será aún peor. Porque con Zapatero como maestro de la ceremonia, sirviendo pichones y perdigones durante doce horas, todo puede ser posible en esta guerra fratricida socialista.
Dicen que las guerras civiles siempre fueron las peores y ésta parece que será aún peor
Fueron doce horas de veneno, perdigones y cuchillos. A tiro fijo. Desde las tres de la tarde del viernes hasta las once de la noche ya cayeron pichones. A las doce de la noche Susana llegó a Zamora, a un hotel sin nombre de los Barrios Bajos. (Por cierto, ese día y esa noche no hubo controles de alcoholemia por Zamora. Descansaba la Guardia Civil tras la dura noche del viernes anterior para detener a Valdeón). Tampoco hubo controles en la dirección de León y Asturias, ni en la dirección de Valladolid y Palencia, por donde se fueron muchos de los comensales. Y seguro que no bebieron sólo agua. Hay que elegir bien el día y la noche, como Pedro I elegía la desaparición de sus adversarios.
Todos comieron y bebieron bien. Los socialistas afines a ZP y Susana. Aunque ninguno estuvo allí. Ni Villarrubia, ni Ana Sánchez, secretaria de organización de Castilla y León. Ni Celestino Rodríguez, de León. Ni Antonio Plaza, de Zamora. Ni Miriam Andrés, de Palencia. Ni Soraya Rodríguez, de Valladolid. ¿Nadie de Asturias? Nadie estuvo en la comida con Susana. ¿Quién pagó? ¿A ‘escote’ o Zapatero? Con lo que cobra en el Consejo de Estado (y tantos otros) por hacer nada bien ha podido invitarles. Mejor pagamos a medias por si Sánchez toma venganza. Que no haya deudas. Como nadie estuvo allí la ‘cuenta’ sería ‘pequeña’. Susana, Zapatero... total 1.200 euros. Doce por cien... cuenta redonda. Pero ¿si no estaba nadie en la comida? Misterios de las matemáticas. A veces dos comen por doce. No le demos más vueltas que a lo peor salen más comensales y sube la cuenta.
La especialidad del restaurante es la caza. Pero la caza de la codorniz ya terminó. Ave de vuelo corto. ¿Quién es ahora el cazador? A lo peor la ‘Conjura’ se reunió algo pronto. Y han puesto sobre la pista a Pedro. Y ha reaccionado. Primarias y Congreso. En octubre. Jugada maestra que bloquea la Conjura. Para entonces la veda de la caza ya está abierta. Para todo. Puede que Pedro II ‘el Justiciero’ cace mejor y no sea cazado por la ‘Conjura de Benavente’. Con la reina Susana de Andalucía intentando conquistar Tierra de Campos. La Conjura es un hecho. Pero el sábado puede quedar en nada. La guerra con los nobles o barones socialistas se escribirá en octubre. Con sangre. Si desean el cuerpo a cuerpo como en los viejos tiempos, no se priven, ancha es Castilla. Afilen las espadas.