Mientras el PP y Ciudadanos alcanzaban un acuerdo para incorporar el "complemento salarial garantizado" en el paquete de medidas que ha permitido al partido de Rivera apoyar la propuesta de investidura de Rajoy, algo que supondría un aumento del gasto de más de 7.500 millones de euros a lo largo de la legislatura, y mientras Pablo Iglesias y sus confluencias continúan batallando por una subida del salario mínimo a 950 euros mensuales en 2020 --hoy está en 655,20 euros--, cada vez son más las voces de la banca y del mundo empresarial español que se decantan por un incremento de los salarios en España, como fórmula para acelerar el crecimiento aunque, eso sí, siempre ligando incremento de salarios a productividad.

Desde que en octubre del pasado año el presidente del Banco Popular, Ángel Ron, abogara por subir sueldos para acelerar el crecimiento económico, han sido muchos los representantes empresariales que han elevado su voz en la misma dirección, a la vez que han criticado el complemento salarial garantizado, al considerarlo una fórmula que genera fraude, deprime sueldos, subvenciona a empresas improductivas y desincentiva a trabajar.

Voces como las de Villaseca, de Gas Natural Fenosa; Aguirre Gonzalo, de Sacyr, o la del presidente del grupo Adecco Iberia, Enrique Sánchez, entre otros, se han unido a la de Ron a la hora de reclamar una revisión salarial al alza en España, petición a la que se han incorporado sindicatos como UGT y CCOO, especialmente silenciosos y disciplinados durante los años duros de la crisis.

La línea argumental es tan amplia como sólida y va desde la evolución negativa del IPC que refleja, según los sindicatos, "la falta de capacidad de compra de las familias", hasta la necesidad de tener unos sueldos muy superiores a los actuales, ya que el vigente nivel de prestaciones incentiva a la gente a no buscar trabajo, pasando por razones de carácter estructural, como consecuencia de que la última reforma laboral necesita ajustes para recuperar la competitividad perdida en los salarios y para que ganen peso los contratos indefinidos frente a los temporales, algo que el presidente de Adecco Iberia concreta al poner de manifiesto que el salario medio ha caído en torno al 6% en los últimos años, a la vez que levanta acta del círculo virtuoso de que "a mayor poder adquisitivo, más consumo, más crecimiento, más empleo y más recaudación para gasto social".

Post-it:

El salario medio ordinario bruto en España, según un reciente estudio privado, es de 1.640 euros al mes, un 17,8% inferior a la remuneración media bruta de la UE, que se sitúa en 1.995 euros mensuales. La cantidad española está en los mismos niveles que hace cuatro años: 1.638 euros brutos al mes.

A pesar de la desventaja en comparación con el salario europeo, España se ubica en una zona intermedia, ya que hay 15 países de la Unión cuyos salarios medios son inferiores al español, mientras que los 12 restantes tienen retribuciones mayores. Por ejemplo, la remuneración de España es más de cuatro veces mayor que la de Bulgaria, mientras que es un 40,2% inferior a la británica.