Señoras y señores, ha llegado el momento de ser serios. Responsables. El gran problema de España es Cataluña. Así es o así lo insinúan las declaraciones de los líderes políticos. Y del mismo Rey. Veamos. No hay un momento exacto de cuándo empezó el problema catalán. ¿En la manifestación de julio de 2010? ¿O fue la manifestación de 2012, bajo el lema Catalunya, nou Estat d’Europa (Cataluña, nuevo Estado de Europa)? Empezó al finalizar el siglo XIX y se agudizó en el principio del siglo XX. Esto es historia. Leedla. Francisco Silvela la declaró como “una enfermedad nerviosa y literaria”. Francisco de Quevedo afirmó que “mientras en Cataluña quede un solo catalán, y piedras en los campos desiertos, hemos de tener enemigos y guerra”. Muy claro. Así era Quevedo.
Pero ya estamos en el siglo XXI. Aunque no lo parezca. ¿Y qué ocurrió el pasado jueves cuando todos los líderes políticos visitaron al Rey? Que salieron todos acojonados. Y el líder político propuesto para ser presidente del Gobierno --Mariano Rajoy-- se aprovecha de ello. Veamos. Porque a la prensa se nos han ido las referencias al problema catalán de todos los líderes políticos. Rajoy mencionó “el desafío independentista” al inicio de su conferencia. Pablo Iglesias vio “incómodo” al Rey con el acuerdo del Parlament. Albert Rivera mostró al monarca su “apoyo incondicional” a la legalidad. Y Pedro Sánchez calificó de “extrema gravedad” el paso del Parlament mientras instaba a Rajoy a actuar.
Ante el peligro de la ruptura de España, ¿alguien se opone a un Gobierno de Rajoy?
Todos. Todos mencionaron el problema catalán al principio de sus alocuciones. Y no lo vimos. Todos volvían de ver al Rey y preocupados. Por el tema y por lo que les debió decir Felipe VI. Hasta Iglesias estaba compungido. Fue breve, y directo al tema. Estaba preocupado. El problema catalán es el gran problema de la elección del nuevo presidente. Y Rajoy lo sabe. Lo explota. Y lo va a reconducir para su nombramiento.
Se toma su tiempo. En agosto, nada. Sin prisas. Aparece el 11 de septiembre. Fecha mágica para Cataluña. Habrá gran manifestación. Posteriormente, el 28 de septiembre, el voto de confianza a Puigdemont en el Parlamento de Cataluña. Hay unos días en medio. En esos días se hará la investidura. Hay dos semanas en medio. Apuntamos el 13 de septiembre o el 20 del mismo mes. Martes. O cualquier día de esa semana. Ante el peligro de la ruptura de España, ¿alguien se opone a un Gobierno de Rajoy? ¿España se rompe y usted no apoya al Gobierno? ¿Quién es el guapo que se opone? ¿Sánchez? ¿Rivera? No lo crean ustedes. Propiciarán un Gobierno de Rajoy. Para bien o para mal. Hasta Iglesias estará tentado de votar a favor aunque vote en contra.
La crisis del Estado propiciará un Gobierno. Porque Cataluña es el problema. Y el problema necesita de un Gobierno que se enfrente a él. Dejarán pasar los días. Pero septiembre es la clave. Cataluña es el problema que les preocupa a todos. Sobre todo al Rey. Atentos.