La campaña actual de denuncias lingüísticas no es nueva en Cataluña. Ya Carod-Rovira siendo vicepresidente de la Generalitat se dirigió a una camarera sudamericana en francés, tras no haberle respondido cuando le habló en catalán. Lo hizo de forma ostensible para que todos pudieran percibirlo, hoy las redes sociales sirven cumplidamente para tal fin sin necesidad de alzar la voz. La denuncia, la delación, el chivatazo son prácticas habituales en aquellas sociedades donde sus miembros se sienten amenazados por los 'otros', por 'los bárbaros'; en definitiva, tiene miedo a su invasión.
Luchar contra la barbarie de España, impedir ser invadidos es la gran causa del independentismo. Artur Mas ya lo estableció cuando dijo que la España actual era de matriz franquista
La tradición viene ya de muy lejos. Todorov explica que en la Grecia clásica los bárbaros eran quienes no entendían el griego. No había distingos entre ellos. A Platón, por lo visto, le daba una cierta risa esta consideración. San Pablo en su epístola a los Corintios sentenciaba: "Si yo no conozco la lengua, seré un bárbaro para el que habla, y el que habla será un bárbaro para mí".
Luchar contra la barbarie de España, impedir ser invadidos es la gran causa del independentismo. Artur Mas ya lo estableció cuando dijo que la España actual era de matriz franquista. ¿Qué puede haber más bárbaro que aquella dictadura que tan de cerca vivió de joven el sucesor de Pujol? Según sus propias palabras, el 9-N colocó al Estado contra las cuerdas como únicamente lo había hecho el 23-F. El boxeo es considerado por muchos como una auténtica barbaridad. No es mi caso.
Tratan de declarar al Rey de España persona non grata en Barcelona, otra forma de linchamiento público en tiempo de escraches y de hogueras mediáticas. En una tragedia de Eurípides, Helena, la protagonista afirma: "Entre los bárbaros todos son esclavos, salvo el que manda". España es un país de esclavos y el que manda (según ellos) es condenado por la polis civilizada a ser non grato, que es como dejar de ser, dejar de existir... figuradamente. En la Alemania de los años treinta se hizo famoso un supuesto chiste que reflejaba la conversación entre dos interlocutores. El primero le decía al segundo: "Hay que matar a los judíos y a los peluqueros". A lo que este respondía: "¿Y por qué a los peluqueros?".