Ha vuelto el teatro al Congreso
Termina de empezar el futuro. El futuro para un posible gobierno. Mariano con Albert. ¿Y alguien más que se una? No es fácil. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) tiene elecciones autonómicas en octubre. Muy cerca me lo fiáis. Echarse en brazos del PP sería poco menos que un suicidio ante el empuje en Euskadi de Podemos y Bildu. Se lo pensarán. ¿Y Albert Rivera? Lanzó a los cuatro vientos que nunca un pacto con Mariano. Que Mariano fuera. Que Mariano era el ejemplo de la corrupción. Que un gobierno de cambio no podía ser con Mariano, que nada hizo en los pasados cinco años. ¿Y ahora? ¿Qué ofrece Mariano? ¿Qué exige Albert?
Rajoy se cree en posesión de la mayoría absoluta de la anterior legislatura, la del 2011. Y, como ha ganado las elecciones en votos y escaños, se cree su propia falacia de que ha ganado para poder formar gobierno
Dice Mariano Rajoy que "una terceras elecciones serían una broma de mal gusto". La broma es que lo diga. Deduce que las segundas fueron una broma de buen gusto. Lo gracioso se repite, vamos. ¡Jo, Mariano, qué cosas dice usted! Toda la vida en política y no aprende. Se negó dos veces, casi como Pedro a Jesús, a ir a la investidura. Luego torpedeó sin piedad a Pedro Sánchez. Ahora pide su abstención. ¿La misma generosidad que usted le dio? Votando con los comunistas y los antisistema propició unas nuevas elecciones. Para práctica de los españoles. Que no se aburran. Un prodigio de generosidad, don Mariano. ¿Y ahora?
Ahora viene lo duro. Y no parece que, en principio, se noten avances. Ni Albert ha mostrado ayer ganas de pactar. Se cambia, ya lo sabemos, al transcurrir los días. Y más si hay sillones que ofrecer. Parece que el objetivo es el plan B. "El plan B es lo único que nos queda: un gobierno en minoría", ha dicho Albert. Eso se dará en la segunda investidura, ¿no? Porque no parece que Mariano vaya repartiendo generosidad. Se cree en posesión de la mayoría absoluta de la anterior legislatura, la del 2011. Y, como ha ganado las elecciones en votos y escaños, se cree su propia falacia de que ha ganado para poder formar gobierno. Falacia televisiva y de los medios de comunicación afines y sometidos. Derecho a hacer gobierno lo tiene quien consiga el apoyo de 176 diputados. Del color que sean. No quien más votos tenga. O haber cambiado la ley, que tiempo ha tenido, señor Rajoy.
Rivera ha sido más suave. Incluso que Villegas, su vicesecretario, quien había asegurado que la posición era "no apoyar al señor Rajoy, votar en contra". O sea, que no se ve seriedad. Da la impresión que ha comenzado una nueva repetición de los actos del teatro de La Zarzuela, al lado del Congreso. Nuevos actos, mismos protagonistas, parecido final. ¿Otras elecciones? Algo pronto. Demos tiempo al tiempo y que la obra se represente en su totalidad. Faltan Iglesias y Sánchez en salir a escena. Pero ya nos sabemos el guión. A lo mejor lo que sobran son los protagonistas. Ir buscando otros.
Mariano sigue buscando ayuda sin dar nada a cambio. Se vale por sí mismo, parece insinuar. Tras tontear con todos los partidos, ¿qué haremos? ¿Ir a votar otra vez? Bueno, mientras, tenemos la seguridad de que no nos subirán los impuestos. Y de que hay teatro asegurado para las noches de verano. Unas risas antes de acostarse siempre vienen bien, como se dice por León.