Son incorregibles. En unos momentos en que el centro derecha-nacionalista obtiene los peores resultados de su historia, mientras sus votantes se alejan del independentismo asustados por la radicalización izquierdista del procés y que los referendos vistos como panacea democrática entran en crisis tras el Brexit, el PSC rescata la "vía canadiense" y el PP parece dispuesto a permitir que el nuevo Partido Demócrata Catalán tenga grupo parlamentario propio.

En cuanto al PSC, pensé, iluso de mí, que tras las escisiones de los 'nacionalistas' su línea política recuperaría algo de coherencia. Pues no. Rescatar ahora la "vía canadiense" es incomprensible

Yo entiendo que el PP se acerque al PNV. No me parece nada extraño que busque su apoyo en la investidura a cambio de acercar presos. Al fín y al cabo, el nacionalismo vasco aceptó el fracaso del plan Ibarretxe y ha actuado con lealtad, sin perjuicio de su programa de máximos. Nada de eso ocurre en Cataluña. La "hoja de ruta" no ha sido abandonada, al menos formalmente, aunque nadie sepa a ciencia cierta en qué momento procesal nos encontramos. Pasamos de la DUI al RUI sin solución de continuidad, y viceversa. En estas condiciones no es de recibo pacto alguno con quien no renuncie expresamente a vías unilaterales, pasen o no por un nuevo butifarréndum, o con quien hace ostentación de desobedecer las leyes y las sentencias de los tribunales.

En cuanto al PSC, pensé, iluso de mí, que tras las escisiones de los nacionalistas su línea política recuperaría algo de coherencia. Pues no. Rescatar ahora la "vía canadiense" es incomprensible. Seguramente la idea nació en alguna de esas reuniones para tantear un pacto con Podemos. Incapaces de dar la más mínima batalla ideológica, piensan que lo más cómodo es camuflarse en el paisaje dominante y para ello nada mejor que aceptar el referéndum por la vía canadiense.

La conclusión de todo ello es que los catalanes no independentistas llevamos cuarenta años siendo moneda de cambio para los partidos que gobiernan España, ignorando nuestros derechos, atribuyendo la catalanidad a los independentistas y haciendo gala de una absoluta falta de estrategia a medio y largo plazo. El nacionalismo, ahora independentismo, lleva desde la transición --por hablar de esta etapa histórica-- centrado en nacionalizar Cataluña, utilizando la ingeniería social para hacer una Cataluña a su imagen y semejanza. Y todo ello con la colaboración necesaria de quienes se lo permiten, malversando nuestros votos por intereses puramente partidistas. Ciudadanos creció en Cataluña gracias a romper esta dinámica. Esperemos que no lo olviden.