"Si quieres tener un gran éxito, monta un festival de mierda y vendrán todas las moscas", escribió el poeta vanguardista Joan Brossa en la década de los 90 cuando su poesía visual y escultura estaba reconocida por el mundo de la cultura.

Winston Churchill, el mejor político inglés del pasado siglo, no hubiera dimitido porque sólo a un berzas como David Cameron se le ocurre convocar un referéndum

Me acordé de esta frase cuando oí que Nigel Farange, el populista conservador que inventó el Brexit, dejaba la política porque ya había conseguido lo que perseguía: que el Reino Unido salga de la UE. Parodiando al genial y excéntrico Brossa: ha tenido un gran éxito, ha montado un festival de mierda y, ahora que aparecen las moscas, se va a casa. No porque haya cumplido su objetivo, sino porque va a recibir el ataque de sus moscardones, o si se prefiere: en plena cara el pastelazo de su mentira.

Durante la campaña dijo que cada semana Gran Bretaña entregaba a Bruselas 350 millones de libras esterlinas que no volvían a las islas, y que estando fuera de la UE esas perras podrían aplicarse en fortalecer el Estado de Bienestar del Reino Unido. Por eso los ingenuos (también los hay, casi un 52% de los británicos) se creyeron esa mentira. Los psicólogos saben que una tendencia natural del ser humano consiste en creer ciegamente lo que se desea. Doce horas después de la victoria del Brexit, Nigel Farange se disculpó diciendo que había sido un error de la campaña electoral, que no existían esos 350 millones de libras que iban al continente y no volvían...

Winston Churchill, el mejor político inglés del pasado siglo, no hubiera dimitido porque sólo a un berzas como David Cameron se le ocurre convocar un referéndum.

Charles de Gaulle, el segundo político europeo más influyente del pasado siglo, tras la revuelta estudiantil del 68 convocó un referéndum proponiendo más autonomía para las provincias francesas (departamentos), triunfó el 'no' y el general dijo que "los referéndums los carga el diablo", y dimitió como presidente de la V República que había fundado tras la II Guerra Mundial. Tenía razón, "los referéndums los carga el diablo". Vamos, el petimetre Cameron no tiene que nada que ver con Churchill ni con De Gaulle. Pasará a la historia del siglo XXI como el político que descosió el legado de ambos estadistas.

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He hecho esta larga introducción para sumergirme en Cataluña: a quienes piden referéndums --y ahora se ha apuntado el tonto útil de Miquel Iceta-- como expresión máxima de la democracia, hay que recordar que otro general, el Generalísimo, convocó dos referéndums (1947 y 1966) que lógicamente los ganó porque hay que ser un Cameron cualquiera para perderlo. Charles de Gaulle lo perdió porque ya era mayor (78 años) y no entendió las causas profundas de la rebelión parisina del 68, no porque fuera un David cualquiera.

Por supuesto, no estoy de acuerdo con Miquel Iceta porque la sentina que ha dejado en el seno socialista es una nauseabunda boñiga de primera división. Otro gallo le cantaría al PSC, y a la política catalana, si Josep Borrell tuviera los regaños dar un paso al frente.

Otro gallo le cantaría al PSC, y a la política catalana, si Josep Borrell tuviera los regaños dar un paso al frente

No dudaría, sería el primero en votar a mi paisano de la Pobla de Segur.

Permítanme que haga política ficción y que en un futuro ocurriera lo que no ocurrirá, que lo que ha pedido Miquel Iceta pasara y, finalmente, dentro de cuatro años desembocara en un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña y pasara como el Brexit, que el principal instigador se saliera con la suya y tuviera que hacer efectiva la ruptura.

¿Qué diría el Junqueras de turno sobre esos 16.000 millones de euros que según los indepes Cataluña entrega y no vuelven porque mayormente se lo gastan los holgazanes del sur? Por mucho que un vividor de chaquetas rampantes como Sala-i-Martín diga que esa cifra es tan cierta como que el hombre llegó a la Luna un año después del París de 68 (por cierto, tiene la nacionalidad estadounidense.; ahí paga sus impuestos, por lo que la economía catalana le importa un fresco).

Me imagino que el Junqueras, o el indepe que le sustituya y llegue a la isla de Ítaca, dimitiría como el impresentable Nigel Farange porque no tendrá esos 16.000 millones de euros para consolidar el Nou Estat del Benestar. La I República catalana de la Historia. Si un jeta como Nigel lo ha hecho, no hará menos el supongamos Oriol que esté en la poltrona. Digo yo.

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Roberto, ¡despierta de tu pesadilla!

¡Es cierto! No hace falta la noche para tenerla. Esta la he tenido a las doce del mediodía del martes 5 de julio. Sudo. ¡Me voy a la ducha! Ustedes disculpen...