Después del descalabro electoral que ha sufrido la formación Podemos y sus afines en las pasadas elecciones generales, llegando a perder la escalofriante cifra de 1.087.000 votos, se han ido al traste todas sus expectativas electorales de desbancar al PSOE para, luego, en futuros comicios generales, llegar incluso a superar al PP. Y, como se dice en la extrema izquierda, "pim pam pum, Mao Tze Tung".
En vez de preocuparse de los desahuciados y de las familias sin recursos, desplegaron ese abanico de políticas que estaban olvidadas desde 1939
Para conocer las causas de esta debacle, los sabios profesores podemitas de ciencias políticas se están estrujando la cabeza, llegando a reconocer públicamente que no saben adónde han ido a parar ese más de un millón de votos. No deja de ser sorprendente que a personas que se considera tan inteligentes y tan televisivamente locuaces les desaparezcan tantos votos y no sepan dónde están. Pues, modestamente, un servidor, mediante este artículo, se lo va a explicar.
A priori, decir que es imposible que esos votos hayan ido a parar al PSOE o a Ciudadanos porque ambas formaciones también han perdido votantes, aunque en menor medida, y si esos votos se han ido al PP, cosa bastante improbable, por no decir imposible, vale más que se retiren de la política.
Por tanto, llegamos a la impepinable conclusión de que ese más de un millón de votos perdidos se han convertido en abstención, factor que sí ha aumentado considerablemente en estos comicios. Pero a partir de aquí debemos de preguntarnos por qué tantas personas han dejado de votar a Podemos.
La respuesta, a mi juicio, es muy sencilla y versa en que Podemos surge del movimiento popular de los indignados del 15M, y esos indignados que iban a las manifestaciones y concentraciones eran personas normales, padres de familia en paro, estudiantes que sabían que su futuro laboral no estaba en España, ciudadanos hastiados de la corrupción política y del abuso de los bancos. Inmediatamente las asambleas fueron dominadas por los consabidos okupas y perroflautas, merecedores de la ley republicana de vagos y maleantes, pero éstos, viendo las dimensiones de ese movimiento social, se fueron a buscar líderes a la Universidad Complutense, echando mano de ociosos profesores huérfanos del partido comunista que vieron la oportunidad de llevar a práctica las viejas ideas de la izquierda española, que a partir de ese momento las llamaron la "nueva política".
Fuisteis la esperanza de millones de españoles para que hicieseis las reformas que España necesita y no para que implantaseis la política del rencor social
Cuando empezaron a ocupar alcaldías y cargos municipales, en vez de preocuparse de los desahuciados y de las familias sin recursos, desplegaron ese abanico de políticas que estaban olvidadas en España desde el año 1939. Sus primeras acciones de gobierno llevadas a la práctica estaban relacionadas con la memoria histórica, el nomenclátor de las calles, la mofa de los símbolos religiosos, la desnaturalización de las fiestas navideñas o las banderas republicanas en los balcones de los ayuntamientos, olvidando que los indignados del 15M no sentían esos viejos rencores de la izquierda española.
Por este motivo, el movimiento podemita ha sido la fuerza más votada en estas elecciones en Cataluña, porque aquí, a diferencia del resto de España, sus líderes --como la señora Colau, el señor Domènech o el señor Rabell-- provienen del activismo social y no de la universidad.
Fuisteis la esperanza de millones de españoles, que depositaron su confianza en vosotros para que hicieseis las reformas que España necesita y no para que implantaseis la política del rencor social. A este paso, Unidos Podemos, que ha englobado a Izquierda Unida, acabará ocupando el espacio electoral natural de esta formación, que es el de tercero, cuarto o quinto grupo político en el Congreso de los Diputados, convirtiéndose en lo que siempre han sido: la izquierda hundida.
Señores de Podemos, vuestro tiempo se está acabando.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...