Desde hace algunos años me asombra Andreu Jaume. Este editor y crítico literario nacido en Palma en 1977 tiene algo que debería ser la norma pero es la excepción: en diferentes áreas de la cultura opera con máxima ambición y exigencia académica, o sea en serio (sin que ello le impida a veces y sin previo aviso lanzar una estentórea carcajada goliardesca) y no, como es habitual en España, "como se pueda, dadas las circunstancias, de aquella manera".

Andreu Jaume tiene algo que debería ser la norma pero es la excepción: en diferentes áreas de la cultura opera con máxima ambición y exigencia académica, o sea en serio

Traductor riguroso y apasionado de Eliot o del Rey Lear; editor canónico de las obras completas de Shakespeare, Auden, Henry James, de Gil de Biedma y Barral; interesante articulista puntual en la prensa, generalmente sobre asuntos literarios pero sin negarse, cuando lo reclama la responsabilidad intelectual, a hablar de política; escritor meditativo y complejo en su reciente poema “Camp de Mar”.

Secundado por el excelente novelista Gonzalo Torné, Jaume ha sido también, estrictamente por amor al arte, director del 'Invisible College', una esporádica reunión cada año más multitudinaria de conjurados sin otro vínculos que la probada afición a las letras y la empatía entre ellos, para cenar y debatir sobre temas culturales.

Ahora ha sido nombrado director del CLAC (Centro Libre de Arte y Cultura), una entidad que creamos hace un año para restaurar en la medida de nuestras posibilidades la tradición abierta y plural y la atmósfera de libertad que tenía la cultura en Barcelona antes de que la secuestrase el sectarismo nacionalista. Inmediatamente ha comenzado a dinamizar el centro con nuevas ideas, energía, experiencia y un interesante programa de actividades.

Dado que fui miembro fundador del CLAC, y también fui fundador de Crónica Global, me ha parecido doblemente oportuno reanudar mi colaboración con este diario celebrando esta noticia, objetivamente buena y doblemente buena para mí: pues el nombramiento de Andreu Jaume como director del CLAC me va a permitir verle y escucharle más a menudo.