Jueves 24 de abril de 2014, Patrick Kron, el gran patrón del gigante tecnológico francés de la energía y el transporte Alstom, aterriza en París, procedente de EEUU, donde se ha entrevistado en Connecticut con J. Immelt, CEO del gigante General Electric (GE). En el momento de su aterrizaje, escoltado por vehículos de la gendarmería francesa, es trasladado a Bercy, donde Arnaud Montebourg, ministro de Economía, le recibe indignado ante la filtración del diario financiero Bloomberg que anunciaba unos días antes la posible venta de las actividades energéticas de Alstom a la GE, noticia que el Gobierno de la República desconocía.
Es un "plan de liquidación" que tiene importantes repercusiones sobre el tejido industrial y tecnológico catalán vinculado a la industria energética
El diario Le Figaro del 17 de diciembre del 2014 escribía: "Los abogados de GE, especializados en la aplicación de códigos de buena conducta, han jugado un papel clave en la venta de Alstom Power a GE, su intervención habría permitido la compra a la baja y la toma de decisión en contra de las ofertas de Siemens-Mitsubishi". Dos días más tarde, la Asamblea General de Accionistas de Alstom decide autorizar la venta.
El pasado 2 de noviembre, la operación es autorizada por el comisario de la Competencia de la Comisión Europea. En enero de este año, GE presenta su "Proyecto de integración y reorganización de los negocios transferidos por Alstom", lo que supone la rescisión de 6.460 puestos de trabajo en todo el mundo, unos 527 en España, de los cuales el 60% en Cataluña, en los sectores renovables de Wind Power en Barcelona (22@) e Hydro Power (software mini hidráulico) en Cornellà.
El proyecto de referencia es más bien un "plan de liquidación", que tiene importantes repercusiones sobre el tejido industrial y tecnológico catalán vinculado a la industria energética en un sector punta como son las renovables. La "reestructuración" propuesta por GE en Cataluña afecta a centros de trabajo basados en tecnología de vanguardia, en la innovación y con un alto valor añadido.
Supone a medio plazo la desaparición de la industria energética en Cataluña y la deslocalización, en este caso, no solo de la producción sino, lo que es más grave, la tecnológica. Se pierde la posibilidad de seguir liderando los desarrollos off-shore implementados desde el 22@ y la oportunidad de aprovechar la experiencia de Barcelona en el desarrollo de herramientas de trabajo que puedan incorporarse a la plataforma GE Digital. Barcelona es un candidato inmejorable, por su experiencia en aplicaciones digitales, a implementar esta nueva filosofía de trabajo.
Desde 1980 la Generalitat de Cataluña ha carecido de una estrategia industrial innovadora
La noticia debería haber supuesto una decidida toma de posición por parte de la Generalitat. Es un hecho compartido por muchos expertos en el sector que desde 1980 la Generalitat de Cataluña ha carecido de una estrategia industrial innovadora. En los últimos 10 años, la industria catalana ha pasado de representar más del 25% del conjunto de la economía a un escaso 19%. A lo anterior, habría que añadir un grave proceso de deslocalización de los centros estratégicos de decisión de diferentes sectores y empresas punteras del país.
Todavía estamos a tiempo, si el Departamento de Empresa y Conocimiento de la Generalitat saliera de la clandestinidad y apostara nítidamente por el mantenimiento de nuestra industria energética.