En la película 'Chinatown' (1974) de Roman Polanski, ganadora de un Oscar al mejor guión original, una mujer acude al despacho del detective J.J. Gittes para encargarle que averigüe si su marido le es infiel porque "se lo dice el corazón". El detective la observa con una mirada cargada de experiencia y contesta que se vaya a casa, que se olvide de todo, que le conviene hacer la vista gorda y mejor no saber nada. La mujer, fumando un cigarrillo con boquilla, le responde con sencillez: "Tengo que saberlo".
En China abundan las agencias matrimoniales no sólo para buscar pareja sino para retener a la propia frente a una arpía que pretende apoderarse de ella
Leía hace unos días en la prensa que en China existe una nueva profesión, las eliminadoras de amantes o, como prefieren denominarse, las encargadas del bloqueo de "destructoras de familias". Resulta que, en ese país, casarse siempre ha sido una obligación social. Pero ahora las cosas han cambiado, el éxito social de los hombres se asocia a que estos tengan amantes, tantas como puedan mantener. Si la respuesta a una infidelidad era el divorcio, hoy en día esto ya no es así. La mujer no está dispuesta a permitir que 'la nueva' se apodere de dinero y bienes por los que tanto ha luchado junto a su marido, así que abundan las agencias matrimoniales no sólo para buscar pareja sino para retener a la propia frente a una arpía que pretende apoderarse de ella.
El machismo del asunto es evidente y no contempla la posibilidad de que la infiel sea la mujer; eso sí, las negociadoras son preferentemente mujeres, por ser "más dulces y persuasivas". Estas asesoras se ocupan de convencer a la amante de que le espera una vida dura porque el hombre no dejará a su esposa, o les buscan un novio que la conquiste, o incluso se les ofrece dinero. No siempre consiguen su propósito y entonces es la hora de gestionar un buen acuerdo de divorcio. Leyendo la noticia se me ocurre la posibilidad más extrema, hacer desaparecer a la amante con métodos expeditivos, pero eso ya sería tema para una novela...
Es un buen negocio, no tan bueno como el de las funerarias, pero tiene futuro. Puede servir de complemento a esas webs de contactos en las que el objetivo es tener una aventura. Esto sería el primer paso y después vendría la 'eliminadora' de turno para hacer volver al redil al marido, y vuelta a empezar. Decía Oscar Wilde que "un hombre puede ser feliz con cualquier mujer mientras que no la ame".
Pero, ¿dónde queda el amor en este asunto?, se preguntarán los románticos. Pues en ningún sitio, porque lo que interesa es mantener el status social, y más a partir de según qué edades. Si tu marido no te quiere, no hay problema en seguir juntos si tienes tu tarjeta de crédito en perfecto estado.
El detective de la película se verá envuelto en una trama de corrupción en la que lo menos importante será si el marido en cuestión es infiel o no, pues igual que en la vida real, lo que interesa, es el dinero.