Hoy celebramos el día internacional del agua. Hay 660 millones de personas en el mundo sin acceso a agua potable y 1.000 niños mueren al día por ingestión de aguas contaminadas. Es lógico que Naciones Unidas dedique todos sus esfuerzos a cumplir los objetivos del Milenio y que esas personas y esos niños tengan acceso a agua en buenas condiciones.
En España, el 80% del consumo de agua se destina a usos agrícolas y la agricultura sólo supone el 3% del empleo
En España el agua es pública, el acceso es a precios inferiores a los de nuestros socios europeos y de buena calidad. Por lo tanto, somos unos afortunados comparados con otras áreas del mundo, pero también tenemos problemas. El 80% del consumo de agua se destina a usos agrícolas, y la agricultura sólo supone el 3% del empleo. Hay explotaciones a la vanguardia mundial en técnicas de riesgo por goteo pero hay otras que siguen regando por inundación como hace mil años.
La demanda de agua urbana seguirá creciendo en el futuro, especialmente en zonas turísticas. Se estima que en la próxima década se van a crear 1.000 millones de nuevos consumidores de clase media y muchos querrán venir a España a hacer turismo. El turismo genera el 11% del PIB, se concentra en las zonas sometidas a mayor estrés hídrico y vienen en verano cuando el agua en España es más escasa. Por fortuna, la sequía nos ha respetado durante la crisis, pero sabemos que volverá.
En América Latina en las crisis de deuda, el debate sobre la renacionalizaciones de servicios públicos es un clásico. En España este debate ya ha llegado. Sus defensores dicen que acabará con la corrupción pero acabamos de vivir un lamentable episodio de corrupción en una empresa pública de agua. La corrupción es un problema de valores y de Código Penal y no depende que la propiedad sea pública o privada.
Se argumenta que la gestión pública es más eficiente y el agua es más barata. Este debate contra la gestión privada es igual de maniqueo que el de Thatcher y Reagan contra la gestión pública. Hay ciudades donde la gestión de la agua es pública y es muy eficiente y otras donde es un desastre. Hay ciudades donde la gestión es privada y hay casos eficientes y otros ineficientes. Y hay modelos de gestión mixto público y privado también eficiente y otros ineficientes.
Aquellos políticos que se embarquen en remunicipalizaciones sin disponer de los recursos suficientes para garantizar las inversiones necesarias conseguirán limitar el desarrollo y el empleo de su ciudad.
La clave es una buena regulación. Un buen diseño de incentivos para un uso más eficiente del bien. Diseños de tarifas progresivas para garantizar que las familias de menor renta tienen acceso a un bien de primera necesidad como el agua. Un buen diseño de la concesión. Y seguridad jurídica para que se cumplan los contratos, tanto para el Estado, para la empresa que gestiona el recurso y para los usuarios.
Muchos ayuntamientos tienen graves problemas de financiación y límites de endeudamiento. Conseguir un ciclo integral del agua que respete el medio ambiente, compatible con el desarrollo económico que permita bajar la tasa de paro y mejorar nuestros salarios y nuestro nivel de vida exigirá innovación y cuantiosas inversiones.
En España, el agua es pública y esto no está en cuestión. Pero el uso urbano puede tener participación de la propiedad privada. Aquellos políticos que se embarquen en remunicipalizaciones sin disponer de los recursos suficientes para garantizar las inversiones necesarias conseguirán limitar el desarrollo y el empleo de su ciudad, la calidad del agua que beben sus vecinos y acabarán pagando el agua más cara, ya sea por precio o por impuestos y subvenciones.
Disfrutemos del día del agua en España, defendamos que todos los habitantes del planeta puedan acceder al agua y seamos sensatos con la gestión de un recurso tan valioso y escaso.