Este viernes hemos visto una nueva película, titulada 'La Caputxinada', proyectada en el paraninfo de la UB que ejemplariza esta política ficción de JxSí y que tiene como leitmotiv existencial igualar la dictadura a la democracia. 1966 y 2016 es homologable. Quienes tienen cincuenta años han vivido permanentemente en el día de la marmota. Serán porque ambas palabras empiezan con la misma consonante y acaban con la misma vocal o tienen similares silabas... Los sicoanalistas tienen mucho que explicar en estas sombras chinescas.
***
Me gustaría que mis artículos los leyeran personas que no piensan como yo, por aquello que Platón explicó en el Mito de la caverna que, en realidad, no era un mito sino una alegoría que resumo lacónicamente: explicaba Platón a sus discípulos de la Academia que los hombres se habían acostumbrado a ver no la realidad de la vida sino las sombras proyectadas sobre la pared de la caverna. Empero, hubo un inquieto que se dio la vuelta y se le ocurrió ver de dónde venía la luz que proyectaba esas sombras chinas ¡y descubrió la luz, y con ella la verdad!
Quisiera que me leyeran los otros, y que abrieran los ojos los que se niegan a ver la realidad, porque viven confortablemente instalados en el sueño de una ilusión, en una especie de fe laica
Volvió a la caverna para explicarles a sus paisanos que estaban equivocados, que lo que estaban viendo no era la realidad. La reacción de los paisanos fue violenta: creyeron que les engañaba porque les destruía lo que creían que era la realidad...
Ojo, no digo que yo tenga la verdad (la verdad es una perspectiva). Digo que esta historia me recuerda al Mito de la caverna.
Por eso he empezado diciendo que quisiera que me leyeran los otros, y que abrieran los ojos los que se niegan a ver la realidad, porque viven confortablemente instalados en el sueño de una ilusión. En una especie de fe laica. Soy el diablo cojuelo que sueña en provocar a los devotos una crisis de fe como las que atraviesan todos los sacerdotes en algún momento de sus vidas.
Pensando en esos lectores, que apenas tengo, escribo siempre y especialmente 'Por qué no entiendo a los separatistas'.
Cuando la consellera de Enseñanza, Meritxell Ruiz, defiende que con la independencia desaparecerán los 995 barracones en las escuelas, y los medios públicos y los subvencionados repican las campanas de gloria por la buena nueva; cuando el conseller de Salud, Toni Comín, cuenta que las listas de espera desaparecerán cuando llegue el día de la libertad; o Josep Rull, conseller de Territorio, nos dice que Renfe dejará de ser Renfe porque no habrá retrasos...
Como la Escolanía de Montserrat, este coro canta la melodía de la ilusión de conseguir el Foc Nou, interpretado por los hijos de los que encendieron la llama en el campamento nacionalista del ex venerado Sumo Sacerdote, Jordi Pujol, en un ya lejano 1980.
Es una política de ilusión que devoraría a sus hijos si un mal día descubrieran el infierno que han adorado como si fuera el cielo.
Y yo soy un señor aguafiestas porque me atrevo a explicar lo que hay fuera de la caverna.
Es una política de ilusión que devoraría a sus hijos si un mal día descubrieran el infierno que han adorado como si fuera el cielo
Sí, preferiría que me leyeran más separatas que los que ahora me leen. Que me pusieran en una lista negra. Que me dieran caldo. Que me dijeran que alimento el autoodio y todas esas zarandajas que repiten con el botón automático.
No es que sea masoquista y no me guste el aplauso de quienes piensan como yo, y celebran y comparten mis escritos, pero no escribo para ellos, sino pensando en los otros con esta ingenua intención: mi único interés es sembrar la semilla de la duda ('La sociedad Mas, Puigdemont & Junqueras imita al Mago Pop').
Hacer que aunque sólo sea uno de cada diez espectadores, de la pared de la caverna, se de la vuelta y descubra el engaño que ha montado el oráculo de los Muriel (q.e.p.d).
No me importa representar el papel de ser un hereje que vuelve a la caverna en este teatro Grec en que se ha convertido la política ficción de JxSí.
***
Este mismo viernes, el president Puigdemont comparó el 50 aniversario de la Caputxinada (1966) con la situación política actual y además dijo que la manifestación de los curas de aquel mes de mayo se adelantó dos años al mítico mayo francés. No sólo somos el ombligo del mundo sino que dictadura y democracia son equiparables en este esquema mental de esta película ficción de la banda de Puigdemont.