Soplan malos vientos. Vientos de recesión. Comentarios semejantes a los de la primavera de 2007. Que se avecina otra crisis económica. Como lo leen. Y aquí, en España, como si tal cosa. No pasa nada. Seguimos sin gobierno y sin perspectivas de tenerlo. Y estos 'líderes' de mentirijillas de los partidos políticos como si nada, como el que oye llover. Ya parará. Total, a ellos les da igual. Están bien protegidos. No se dan un mal rato. No se dan unos días para reflexionar y formar un gobierno estable que tome medidas ante lo que se avecina. Ya deberían tener la experiencia de la pasada crisis. No se hizo nada. Y cuando se hizo, tarde y mal. Pues camino vamos.
Otra recesión en el horizonte y nadie la toma en serio. No estaremos a salvo ni con gobierno fuerte. Menos con un gobierno débil como se intuye
Llegan noticias inquietantes. La Castellana financiera está temblando. Dubitativa. Incrédula. Más bien, pasmada. China se tambalea. Europa no respira. España... ¡ay, España!. Otra recesión en el horizonte y nadie la toma en serio. Otra piedra en la que tropezar. Ya no será Lehman Brothers la piedra que nos hizo caer y de la que opinó Zapatero que no afectaría a España, ¡qué genio! Son otras piedras, peores, si cabe, porque son las materias primas. Y nosotros no tenemos. Caída de precios del petróleo y las materias primas. Problemas en China, Rusia y Brasil, las potencias emergentes. Suficiente para que el mundo se tambalee. Recesión global.
No estaremos a salvo ni con gobierno fuerte. Menos con un gobierno débil como se intuye. A lo mejor estábamos salvados sin gobierno, como ahora. Pero esto es como el tiempo. Se avecina un nuevo huracán. No se sabe si entrará por Galicia o por Cataluña. Vendrá el invierno, aunque sea en primavera. Y eso no es nada optimista. Los mercados, los inversores y los analistas prevén fuertes borrascas. La Bolsa cae con estrépito (menos de los 8.000 puntos) y la prima de riesgo ha vuelto a subir (más de 150 puntos). Ya hacía tiempo que no se veía tanto empuje. A pagar más por la deuda del país.
Malos tiempos se avecinan. Sabemos cómo han empezado, pero no cómo van a terminar. Los pactos son difíciles. Nada con el PP. Nada con Podemos. "Uy, son el demonio", aseguran los espaldas forradas y artistas de las puertas giratorias. Pues alguna solución habrá que tomar. El huracán avanza. Da igual por dónde entre. España está débil y una simple ola nos destruye. Como ocurre en la costa norte estos días. Entre juicios Nóos, la cloaca de Valencia y los titiriteros tienen a los espectadores sumidos en un largo sueño. Es hora de despertar. Se acerca un huracán económico y no le prestamos atención. No se toman medidas. No prima el interés nacional. El interés de los ciudadanos. Posible, falte un líder de verdad. Un estadista que no tenemos. Seguro, se acerca el huracán económico. Echen un vistazo al Ibex 35. Pero no se depriman. Los políticos nos sacarán de ésta. Qué alegría, si fuese verdad. Preparémonos para lo peor.