Estoy de acuerdo con Felipe González en su aversión a Pablo Iglesias y su buró político. Felipe lo compara a una actualización de Lenin 3.0. Yo también.
El peor rival de la izquierda no es la derecha, sino que es otro que está como tú en la izquierda. Este principio sirve igual para la diestra
Hace cien años que la Alemania del Káiser tramó en la Gran Guerra un maquiavélico plan para eliminar a la Rusia zarista del frente oriental. Lenin era su arma secreta. El plan consistía en ofrecerle un tren que partiera de Zúrich, donde él y su buró político vivía exilado, y volviera a la madre Rusia por la frontera finlandesa. Churchill, con su penetrante agudeza, al conocer la operación vino a decir, hablo de memoria: "El Káiser ha dejado el bacilo de la peste en Petrogrado".
Meses después, en la actual San Petersburgo estalló la Revolución rusa de 1917, y el ejército zarista del tirano, además de inepto, Nicolás II abandonó el frente alemán. La táctica le salió perfecta al Káiser.
Se preguntarán por qué cuento estas hazañas bélicas de hace un siglo. El Lenin 3.0 (Felipe González dixit) me lo ha recordado. La animosidad del ex presidente socialista tiene una explicación no táctica sino de estrategia política que los ingenuos desconocen: el peor rival de la izquierda no es la derecha, sino que es otro que está como tú en la izquierda. Este principio sirve igual para la diestra.
Pablo Iglesias 'joven' quiere acabar con el partido que fundara en el siglo XIX el viejo Pablo Iglesias y, si en las próximas elecciones consigue dar el sorpasso, es posible que lo consiga.
Felipe González es gato viejo y sabe que para ganar en política (como en el ajedrez) hay que sacrificar no sólo a los peones sino incluso a la reina para conseguir el jaque mate (la expresión es persa, ahsa met, que quiere decir: el rey ha muerto).
Lo que me inquieta de Pablo Iglesias no es que le haya planteado al Rey ser el vicepresidente antes de hablar con su futuro presidente. Me imagino que el Rey Felipe se quedaría pasmado como en aquella película de los 90 en el que el actor Gabino Diego interpretaba a Felipe IV, titulada 'El rey pasmado'.
Yo que no tengo, como sí tiene Felipe González, ningún interés personal ni de partido, mi interés es como el de cualquier hijo de vecino al que le importa su patria.
Malicio que detrás de Pablo Iglesias y su camarilla íntima existen intereses que se nos escapan porque están en la sombra
Malicio que detrás de Pablo Iglesias y su camarilla íntima existen intereses que se nos escapan porque están en la sombra.
Hubiera entendido que los ministerios que Iglesias hubiera pedido fueran Trabajo, Vivienda, Sanidad y Educación, porque son las cuatro patas de un Estado de bienestar. Sin embargo, además de Economía, ha pedido Defensa, Interior, Justicia y ese Ministerio Plurinacional para el cónsul en Madrid de Ada, que haría las delicias del director de cine Rafael Gil cuando rodó 'Las autonosuyas'. Una novela exitosa de Fernando Vizcaíno Casas que no se llegó a estrenar en Barcelona tras los altercados abertzales de Bilbao.
Interesarse por Defensa, Interior o Justicia es controlar zonas tan sensibles para un Estado como los servicios de inteligencia y la seguridad nacional. De ahí el interés de la Venezuela de Maduro o el Irán (la antigua Persia, por eso ha citado la expresión persa de ahsa met), de los Jomeini en financiar al partido de Lenin 3.0.
¿Qué tiene que ver el régimen de Irán con el de Pablo Iglesias? ¡El mismo que el del Káiser con Lenin! ¿Y el de Maduro? ¡Que lo explique Monedero!
Hace cien años Vladimir Ilich, apodado Lenin, tenía 47 años, once menos que Pablo Iglesias, pero si al madrileño le quitan la coleta y le ponen la calva, el bigote y la perilla del ruso ¡te llevas un susto de Gulag!
Se nota que no me gusta el comunismo. Leonardo Padura, el más premiado novelista cubano vivo, último Princesa de Asturias, dice que "el comunismo es la mayor corrupción política del siglo XX". Padura no es un cubano capitalista exilado en Miami, sino que vive en La Habana...
Lo que acabo de decir necesita esta aclaración: el nacionalsocialismo no fue una corrupción sino la mayor perversión del siglo XX, porque Adolf Hitler no engañó a nadie. Se limitó a aplicar lo que escribió en su libro 'Mein Kampf', que en España acaba de editar, en una versión crítica, Editorial Planeta.
No soy un conspiranoico ni creo en cosas raras. Por no creer tampoco creo en los astros, porque yo como Iglesias también nací un 17 de octubre, y no nos parecemos en nada...