Si se cumplen las previsiones del Gobierno y las estimaciones del Banco de España, una nueva oleada de fusiones bancarias, tendentes a conseguir que el sector salga del marasmo en que se encuentra tras ocho años de crisis, empieza a estar en la agenda de los consejos de administración todas las entidades.
Una nueva oleada de fusiones bancarias empieza a estar en la agenda de los consejos de administración todas las entidades
La baja rentabilidad de la industria, como consecuencia de unos bajos tipos de interés y un insuficiente crecimiento de ingresos, producto de una fuerte competencia, así como de la existencia de un marco regulatorio duro y exigente en materia de liquidez y capital, son razones más que poderosas para que se haya iniciado una carrera en un clima de frialdad generalizada muy alejado de aquel otro de 1999 testigo de dos fusiones que cambiaron el mapa bancario español: la unión de Santander con BCH y la del BBV con Argentaria.
Hoy, las cosas han cambiado y ya nada es como fue. El sector bancario está exhausto y no se detecta entre los protagonistas de la industria un ánimo encendido por llegar a un proceso de concentración en el que las miradas, en lo que a posibles entidades absorbentes se refiere, están puestas en los tres grandes --Santander, BBVA y Caixabank--; las dos últimas se han retratado recientemente en la última ronda de privatizaciones con Catalunya Banc, la primera, y Banca Cívica y Banco de Valencia, la segunda.
Santander, pues, es el único de los tres que no ha sucumbido al proceso 'expansionista' en España, mientras que Caixabank ostenta el liderazgo de ser la entidad bancaria con un mayor número de oficinas desparramadas por España. Todo ello, es algo que no debería ser ignorado a la hora de realizar un análisis sobre el futuro del sector.
Aunque, por el momento, el proceso no pasa de discretos contactos, de la lectura de la prensa económica se pueden colegir los intereses y deseos de muchos de los protagonistas, e incluso, en un ejercicio de práctica de periodismo poco solvente, se ha llegado a hablar de valoraciones de los posibles actores, aunque sin citar fuentes en ningún caso.
Acucia la necesidad de que la industria siga un tratamiento de reducción de costes
Muy poco o nada se conoce de posibles cuadernos de ruta sobre el futuro redimensionamiento del sector, pero acucia la necesidad de que la industria siga un tratamiento de reducción de costes que le permita volver a alcanzar el atractivo que llegó a conseguir tras los procesos de fusión de 1999.
Lo único que se sabe con certeza del futuro proceso es que Bankia, el único banco capaz de desequilibrar la balanza del sector en uno u otro sentido, tiene vedado por la Comisión Europea realizar adquisiciones hasta diciembre de 2017, fecha en que el Estado debería haber consumado la salida de su accionariado tras vender el 62% que posee, proceso que hasta el momento se está ralentizando.
Hasta ahí, las normas estipuladas en el 'Memorandum of Understanding' por la troika para la antigua Caja Madrid, normas que parecen estar en el aire pendientes de la formación de gobierno en España, ya que Podemos ha declarado su disposición de incumplir la exigencia comunitaria y convertir a Bankia en su ansiado modelo de banca pública.