El pasado 5 de noviembre escribí, con otro argumento, lo que pienso de Ada Colau, el artículo se titulaba 'Colau es una mala Ada'.

La alcaldesa de Barcelona me recuerda 'El Extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde' que en el siglo XIX escribió un escocés excepcionalmente dotado para la literatura como fue Robert Louis Stevenson, autor de la fantasiosa 'La Isla del Tesoro'.

Cuando hace de doctor es una mujer tan adorable como la madre Teresa de Calcuta, sin las arrugas que le dio una vida de penalidades y silencio interior. Ada en contra de las injusticias. Ada que defiende a los pobres y los desheredados de la ciudad, y de Cataluña. Ada que critica al monstruo de siete cabezas de la banca. Ada que gracias a su arrojo recogió una miríada de votos, en las municipales y en las generales, como los millones que el 22D cayeron en el mar de plástico de Roquetas de Mar.

Me echa para atrás cuando el ayuntamiento que preside decide celebrar cursilada como ésta: "el solsticio de invierno porque anuncia que la primavera está al llegar"

Conozco a muchos abstencionistas de toda la vida, también de derechas (el discurso oficial es de los de abajo contra los de arriba), que le han votado como si fuera un hada de cuento con H. Y no es un cuento, aunque ella tenga algo del danés Andersen.

Sin embargo, me echa para atrás como José Bergamín ('No importa el pescado sino el cocinero'), cuando el ayuntamiento que preside decide celebrar cursilada como ésta: "el solsticio de invierno porque anuncia que la primavera está al llegar" y así evitar hablar de la Navidad, para no ofender los sentimientos religiosos de los no cristianos, o las certezas de los ateos; u ordenar retirar el busto del rey de la sala de plenos municipal.

La Colau tiene como palanganero a Gerardo Pisarelllo, una especie de montonero llegado de la Pampa, que me recuerda al siciliano Luigi Pirandello. No sólo por la semejanza de su apellido, sino porque el italiano también era antiborbónico. Los históricos Pirandello vivieron la amargura de ver que sus sueños revolucionarios fueron truncados en la Italia nacida de las camisas rojas de Garibaldi.

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Siento animadversión por esos políticos que evitan llamar a España por su nombre, como si la mera palabra les ensuciara la lengua. Para Colau, España es simplemente un Estado sin bautizar. Algo del que se puede desembarazar como si fuera una cáscara huera.

Pero esto que digo, y que ella piensa, nunca lo dirá porque no es tonta. Sabe perfectamente que está donde está porque le han votado los desheredados de BCN, y ahora de toda Cataluña; personas humildes y menesterosas que en su mayoría ven a Mas, o a la banda de la CUP, como quien ve a unos marcianos.

Considero a Colau el caballo de Troya para los catalanes que no queremos romper España

Que nadie se olvide, esta crisis que padecen las clases medias ha sucedido como en el Titanic: antes de llegar a la zona media el agua ha ahogado a los que se hacinaban en la bodegas del transatlántico: los polizones, los sin recursos, los desahuciados... ¡Indignados del 15M, uníos!

Precisamente por eso la considero el caballo de Troya para los catalanes que no queremos romper España.

El autor de 'Mister Hyde', Stevenson, tenía como ella una facilidad pasmosa para conectar con su público. ¡Por eso es tan peligrosa!

El escritor escocés tenía 44 años cuando murió. La Colau los tendrá cuando acabe esta legislatura. Espero que nunca encuentre la falsa Isla del Tesoro que buscó el 9N con su opción libremente escogida de su declarado 'sí, sí'.

Lo dice uno que brindó con cava cuando en mayo Ada arrebató la alcaldía al anterior inquilino, y contrarió a su vecino al otro lado de la plaza. Esa noche no era Colau.