No deja de manar agua la fuente de Cataluña. Y que siga manando. Pero antes o después tendremos que dejar que el agua siga su curso, su camino por el reguero. Hoy haremos la penúltima reflexión. Antes de que ocurra lo que tenga que ocurrir. O gobierno o elecciones. U otra cosa. Pero ocurrirá algo ¿O no? Pues que la maquinaria empiece a funcionar. Porque ya nos estamos cansando de analizar lo ocurrido. Y de leer lo que pasó. Y de escuchar lo que pudo pasar y no pasó. ¿Qué pudo pasar?
Si llegan a ir unidos en la coalición de CiU los 100.000 votos de UDC perdidos en la cuatro provincias y sin representación, el grupo independentista hubiese ganado por bastante
Algunos negaron al principio que fuesen elecciones plebiscitarias. Eran solo autonómicas. Pero tras contar las papeletas ya afirmaron que habían sido plebiscitarias. Interés. Ya se celebró el plebiscito tantas veces demandado. Y sus partidarios han salido derrotados. Eso se llama ser interesados. Una vez celebradas las elecciones es muy fácil apuntarse a caballo ganador. Que si contamos votos, que si contamos escaños, que si ambas cosas, que sí, todo bien, pero hay que celebrar el referéndum. De todo. El secesionista fracasó, pero, ¿quién salvó la unidad de España?
¿A quién se debe que el sector secesionista no consiguiera más del 50%? A UDC. Sí, a Duran i Lleida y su excisión de CiU. ¡Señor! Si llegan a ir unidos en la coalición de CiU los 100.000 votos perdidos en la cuatro provincias y sin representación, el grupo independentista hubiese ganado por bastante. Sumar. Consiguieron el 2,5% de votos que sumados al 47,9% pues... Ni pensarlo. Lo que podría haber ocurrido. Pues las matemáticas dicen que la ruptura salva a España. Y nadie lo agradece. Nadie agradece a Duran i Lleida la ruptura de CiU. Nadie lo publicita. Por lo menos un reconocimiento.
Porque esta suma metida en la urna de la ley electoral catalana, que es mucho peor que la nacional, que ya es decir, les hubiese dado más ventaja. Bastante más. Las leyes electorales y su injusticia deberían ser tema primordial de la próxima legislatura o este sistema se quedará sin piernas. El cáncer es la ley electoral, no la Constitución.
Después de pasar el toro de la incertidumbre es fácil opinar. Es el deporte, a falta de buen fútbol en la selección. Como que si se celebrase el tan deseado referéndum lo perderían las fuerza separatistas. Pues que lo celebren. Tal vez Rajoy ha dejado pasar su gran oportunidad de haberse consagrado como un gran estadista. Si hubiese resuelto el problema catalán con audacia. Así, es posible que pase como el gran perdedor. Setenta días nos quedan. Para divertirnos. Pero antes Cataluña debe tener gobierno. O elecciones. O lo que quieran. Pero antes, para que España celebre elecciones generales en todo el Estado ha tenido que suceder casi un milagro. Y el responsable fue Duran i Lleida y su ruptura con CiU. Josep Antoni Duran i Lleida. Loas.