Disculpen que me haya tomado mi tiempo para reflexionar. Es una cuestión del carácter, de la personalidad. No soy de emociones fuertes y reacciones acaloradas. Soy una persona que aguarda en la serenidad y en el pensamiento crítico, distante y racional a la hora de hacer un análisis de lo ocurrido en las elecciones. Perdonad que me haya tomado mi tiempo para evaluar daños y desperfectos.
El PP en Cataluña se quedó sin un discurso claro, e incluso más allá de las negativas del Gobierno a todo, éste incumplió su promesa de que no habría consulta el 9N, cosa que muchos votantes de base no entendieron
En el año 2012 el PP catalán exprimió los mejores resultados de su historia en unas elecciones autonómicas al Parlamento de Cataluña empujado por la crisis económica que se respiraba en cada esquina. Más tarde, Artur Mas y Cia se lanzaron al monte con la utópica independencia, y el PP, con un historial de hacer frente al nacionalismo, buscó una formula que pudiera gustar a la mayoría de catalanes. Esa propuesta era la reforma del modelo de financiación. Entonces entró en escena 'Génova 13' y su lenguaje. De 'Génova 13' salió Alicia Sánchez-Camacho poco entusiasmada con el recibimiento y las propuestas que venían del PP catalán en clave reforma del modelo de financiación.
El PP en Cataluña se quedó sin un discurso claro, e incluso más allá de las negativas del Gobierno a todo, éste incumplió su promesa de que no habría consulta el 9N, cosa que muchos votantes de base no entendieron. Muchos sabíamos que la estrategia no podía pasar por retirar las urnas de los colegios electorales pero sí por no decir en cada esquina que no se iba a celebrar para acabar celebrándose. Esas cosas que tienen que ver con la coherencia. Con el decir y el hacer. El PP se quedó sin argumentos, sin discurso y sin ofertas.
Después de todos esos sucesos, Alicia Sánchez-Camacho y Mariano Rajoy ofrecieron la posibilidad a Xavi García Albiol de encabezar la candidatura. Esta vez, tarde y mal. Si esa iba a ser la elección, no se entiende el por qué de tomarla a pocos minutos del inicio del partido. Albiol ha hecho una buena campaña, pero el problema no es este, sino el fondo de la cuestión: coherencia, discurso y oferta-propuesta.
Entonces surge la gran pregunta: ¿Qué ofrece el PP catalán? Lo único que hasta el momento hemos podido escuchar desde 'Génova 13' y Moncloa es que serán garantes de la legalidad. Gracias por participar, burocracia
Si hacemos un repaso general a los partidos no independentistas, todos tienen alguna propuesta que les define. Ciudadanos ha tomado como bandera la transparencia y empalma ese discurso con el de hacer una España atractiva para que nadie se marche. Un discurso fresco. El PSC, con una incoherencia clara pero con una base de votantes muy fuerte, y su propuesta --que no pasa de un titular: la reforma hacia un Estado federal-- ha salvado los muebles.
Entonces surge la gran pregunta: ¿Qué ofrece el PP catalán? Lo único que hasta el momento hemos podido escuchar desde 'Génova 13' y Moncloa es que serán garantes de la legalidad. Gracias por participar, burocracia.
Quizá deba replantear la pregunta: ¿Qué puede ofrecer el PP y el Gobierno en materia política? Supongo que desde un trono de 'Génova 13' se ven las cosas distintas pero, si hay algo que se debe abrir, es el debate de la reforma del modelo de financiación. Ese debe der el discurso. Pero un discurso bien cosido. Es decir, no un modelo exclusivo al servicio de los catalanes sino un modelo donde las CCAA que más aporten a la solidaridad sean reconocidas como tal y compensadas de forma clara. En este sentido debe navegar la reforma. Madrid, Cataluña, Baleares y Valencia deben tomar conciencia de ello y trabajar juntas para impulsar un cambio en el modelo que beneficie o recompense a sus comunidades.
Pero todo ello no esconde los errores cometidos por el PP catalán en lo que a la estrategia y el discurso se refiere. Seguimos pensando que todo se arregla con el tiempo y que las cosas se ponen en su lugar solas. El partido se ha quedado oxidado en cuanto a su estructura. Como dice mi abuela, "las cosas de palacio van despacio", y quizá nuestro mayor problema es que la sociedad avanza mucho más rápido.
Ahora hay muchos competidores y ya no se trata de ser unos oficinistas competentes, ahora hay que hacer política. Y para ello se necesita un discurso, un fondo, una estrategia. La política es coherencia, es ética, es optimismo moral y estético. Mucha gente quiere vibrar con la política de la ilusión. Tenemos una oportunidad de cambio que no debemos dejar perder porque es nuestro deber, nuestra responsabilidad, nuestro compromiso, y es por ello que voy a seguir dando la cara, empeñarme, perseverar en el cambio. Porque sólo cambiando, se gana. Cambiar para ganar.
En esas estoy.