El Gobierno catalán ha vuelto a dejar a las farmacias colgadas de la brocha. A primeros de septiembre debía abonar la factura de los medicamentos dispensados en julio, por importe de 121 millones. No lo hizo, debido a su acuciante falta de numerario. Tal retraso se acumula a la factura del mes de junio, cifrada en 115 millones, que tampoco se abonó.
Estos crónicos impagos se arrastran nada menos que desde 2011. No solo han colocado a muchas boticas en una situación de asfixia financiera, sino que varias de ellas han tenido que instar suspensión de pagos.
Las farmacias han pasado a ser financiadoras forzadas de los múltiples socavones de la Generalitat
Otras varias, hartas de la morosidad recalcitrante del Govern, han acudido a la justicia para reclamar los intereses de demora. Ocurre que las farmacias han pasado a ser, mal que les pese, financiadoras forzadas de los múltiples socavones de la Generalitat.
Los reiterados incumplimientos del inefable Artur Mas no se circunscriben a las oficinas de farmacia, sino que constituyen un fenómeno común. Así lo revelan las quejas que de un tiempo a esta parte airean los proveedores de todos los departamentos.
Por no pagar, Mas ni siquiera atiende ya los vencimientos de deuda. Estos los viene cubriendo de forma periódica el Ministerio de Economía con los recursos del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Así, en el trienio 2012-2014, el salvífico FLA aportó a las exhaustas arcas de la Generalitat un promedio de más de mil millones de euros al mes.
Este formidable guarismo equivale a que cada día del año, incluidos fines de semana y festivos, saliese de Madrid en dirección a Barcelona un imaginario furgón blindado cargado con 34 millones de euros. Gracias a estos recursos, las finanzas de la Generalitat no se han desplomado como un castillo de naipes. Entre otras cosas, el FLA ha permitido pagar las nóminas de sus más de 300.000 funcionarios.
Ante tal desbarajuste, resulta estupefaciente para los ciudadanos que 239 altos cargos de Artur Mas cobren unos sueldos muy superiores a los 78.000 euros que los presupuestos fijan para el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. En dicho grupo de privilegiados, que deben su designación al consabido procedimiento “digital”, se incluyen Mas, sus 12 consejeros, 32 secretarios y 110 directores generales, entre otros muchos.
Pedrea de prebendas
De ahí la impresión general de que los políticos catalanes observen la insana costumbre de atar los perros con longaniza. Artur Mas, por ejemplo, devenga una retribución de 136.835 euros, es decir, un 75% más que Rajoy. Sus consejeros ingresan 103.176 euros, o sea, un 50% por encima de la paga de los ministros. El sueldo de los secretarios de la Generalitat supera en un 25% al de los secretarios de Estado.
Suma y sigue. La nómina de un alto cargo catalán asciende en promedio a 83.421 euros, casi un 50% más que sus homólogos del Gobierno central.
Todos estos datos son chocantes, pero hay otro que todavía resulta más ilustrativo sobre la forma de proceder de nuestros amadísimos representantes. Se refiere a dos personajes que lucen el palmito como líderes indiscutibles en materia de mamandurrias: el máximo responsable de la obra pública y el jefe del aparato de agitación y propaganda de la Generalitat.
El primero de ellos es Joan Lluís Quer, líder de Infraestructures, quien ingresa la friolera de 150.549 euros anuales. El segundo, Brauli Duart, es el gran timonel de TV3 y Catalunya Ràdio. Por su trabajo recibe 144.000 euros. Su ingrata labor al frente de los medios públicos explica cabalmente que Artur Mas lo retribuya con esplendidez sin igual. En verdad, no resulta nada atractivo el desempeño de supremo jerarca de una especie de No-Do franquista en versión vernácula.
La lista de los prebostes que ingresan más de 100.000 euros anuales es extensa. Incluye, entre otros, a Carles Viver Pi-Suñer, que fue ni más ni menos que magistrado del Tribunal Constitucional y ahora está enchufado a la ubre catalana con un cargo vacío de sustancia, el de “Comisionado para la Transición Nacional”.
Hasta los secretarios de los ex presidentes Maragall y Montilla cobran salarios de 100.000 euros
Otros miembros de esta elite acaparadora son Joan Iglesias, director del programa de definición del modelo de administración tributaria de Cataluña; Albert Lamarca, presidente de la comisión jurídica asesora; Margarida Gil, directora del gabinete jurídico de la Generalitat; Jordi Baiget, secretario del Govern; y Jordi Vilajoana, secretario general de la Presidencia.
Pero no acaba aquí la cosa. Hasta los secretarios de los ex presidentes Pasqual Maragall y José Montilla se embolsan pagas que rondan los 100.000 euros.
En resumen, la ralea política protagoniza un bochornoso espectáculo de abusos salariales sin cuento. Así se comprende que, por nuestros andurriales, hasta los legítimos cobros de las farmacias estén en el alero.