La noticia del 9 de junio de 2014 ha sido portada de la mayoría de los periódicos y hasta de apertura de los telediarios de TV: en Cataluña en el examen de selectividad de Lengua española y Literatura se ha preguntado qué es la “catáfora “. Ni los padres, ni los periodistas, ni la mayoría de la gente culta de este país se acordaba, aunque la utilizan a menudo. Por supuesto que entra dentro del temario propuesto como entran todas las “figuras retóricas” y los “conectores textuales”. Porque para eso se emplea la dichosa catáfora, (anticipación de la significación de una palabra mediante otra que que le precede y que no tiene significado nocional exclusivo. Esas palabras suelen ser pronombres. Ej : "Daniel también lo tiene, miedo al examen". Aquí el lo anticipa y se refiere al miedo"). Los alumnos que hoy se examinaban debían saber que era “catáfora” porque con la “anáfora” (repetición de lo dicho) son dos formas que han de saber utilizar y comprender los futuros “bachilleres” que quieren acceder a estudios superiores.
Si saben "catáfora" en catalán, lo saben en español y así verifican los alumnos que el idioma español es subsidiario del idioma catalán
Hasta ahí nada que objetar. Lo que me preocupa - y siempre desde mi experiencia de 33 años como Profesora de Instituto de Bachillerato en Cataluña y no menos de 15 años como correctora de las pruebas de acceso a la Universidad, P AU (la selectividad ) - es si esa pregunta así formulada es pertinente para un examen que pretende averiguar conocimientos esenciales del alumno y especialmente el grado de madurez personal de cada uno. Mi opinión es que no. No es pertinente.
¿Cual ha sido la motivación de la pregunta entonces? Que la pregunta esta concebida bajo un prisma puramente político. Se me ocurren varias hipótesis enlazadas.
La primera es que hay que demostrar públicamente que el Sistema Educativo de Cataluña (“only catalán” ) es perfecto para el alto conocimiento del idioma español proponiendo una pregunta poco habitual en este tipo de exámenes que se evaluará maximizando o minimizando la corrección en la respuesta, como tengan a bien las “pautas de corrección” de la Universidad.
La segunda es que la dificultad no lo es tanto cuanto que la palabra “catáfora” es igual en el idioma catalán (“catàfora”) y significa lo mismo, solo varía el acento. Uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda. Claro que se ha puesto la pregunta en el examen de español y no en el de catalán. Si saben “catáfora” en catalán, lo saben en español y así verifican los alumnos que el idioma español es subsidiario del idioma catalán. Con solo aprender catalán se conocen hasta las palabras cultas del idioma español. No hace falta aumentar el horario lectivo “en español” como indican las sentencias de los tribunales que la Sr Rigau se niega a acatar.
La tercera es la necesidad de llamar la atención en la dificultad de la prueba. Y si se publica en los medios por lo insólito de la pregunta de marras mejor que mejor, ya que con frecuencia se ha comparado la diferencia en el nivel de dificultad entre la prueba de selectividad en catalán y la de español. Siempre mucho mas difícil la prueba de catalán donde habitualmente se proponían hasta cuestiones de Gramática histórica.
Y es que los alumnos catalanes son diferentes,- afirman los nacionalistas- mejores y mas inteligentes en cuestiones lingüísticas
Hay una voluntad política de demostrar que tienen el mismo nivel de competencia en una y otra lengua -catalán y español- los alumnos de Cataluña a pesar de la evidencia y del sentido común que nos dice que no puede tener la misma competencia lingüística en español quien estudia todas las materias en español y quien lo hace todo en catalán salvo la asignatura de Lengua y Literatura española que se imparte en español.
Los alumnos que este 9 de junio de 2015 hayan realizado las pruebas de selectividad en Cataluña no se olvidarán nunca de la definición de “catáfora”. Otra cosa es que sepan utilizarla y sobre todo entender un texto donde exista una catáfora y sepan a qué palabra o concepto se refiere esa catáfora.
El uso correcto y el pleno conocimiento de un texto culto es mucho mas importante y determinante para un alumno que pretende ampliar sus estudios en la Universidad que el nombre concreto de las figuras retóricas. El idioma culto se adquiere con la utilización continuada de ese registro culto desde la escuela, aunque después se olviden las palabras que definen los recursos lingüísticos que se emplean. Y es que los alumnos catalanes son diferentes,- afirman los nacionalistas/secesionistas- mejores y mas inteligentes en cuestiones lingüísticas porque el registro del lenguaje especifico y culto español “lo aprenden en la calle” y en la escuela solo las definiciones como “la catáfora”.