El próximo 24 de mayo se decide el futuro de Barcelona. Son las elecciones municipales y no unas elecciones plebiscitarias como pretenden Artur Mas, ni como otros que pretenden por su falta de proyecto barcelonés que sea un test de las elecciones generales. Ahora se trata de Barcelona, una ciudad abierta, integradora, y plural, por eso tenemos que poner el acento en una Barcelona de personas y barrios, y no ponerla al servicio del independentismo.

Ahora el alcalde Trias pretende esconder la bandera independentista en campaña, a pesar que lleva cuatro años intentando encajar Barcelona como una pieza más del puzzle independentista de Mas. Sin duda, Trias ha dado la espalda por partida doble a los barceloneses, primero porque no ha supuesto el cambio que prometió hace cuatro años para Barcelona, y en cambio ha mostrado un apoyo a la independencia que no había prometido.

Tenemos que poner el acento en una Barcelona de personas y barrios, y no ponerla al servicio del independentismo.

Mientras el alcalde va firmando acuerdos para añadirse a la Agencia Tributaria propia de Cataluña, no exige a Artur Mas la financiación que corresponde a Barcelona ya que únicamente el 1% de los ingresos públicos del Ayuntamiento provienen de transferencias de la Generalitat. Defenderemos una Barcelona que reclama al gobierno de la Generalitat de Artur Mas, aquello que nos corresponde a Barcelona, una mejor financiación para garantizar la prestación de más y mejores servicios a los barceloneses y no la financiación testimonial que promueve la Generalitat de CiU para Barcelona y que el alcalde Trias consiente. Por eso, exigimos que se pague la deuda que mantiene la Generalitat de Mas con Barcelona, superior a los 300 millones de euros.

Defendemos una Barcelona como antídoto del independentismo, con dos lenguas catalán y castellano y que se proyecta en el mundo, desde el orgullo de ser barceloneses, con un compromiso como capital de Cataluña y una gran capital de España. Queremos un Ayuntamiento bilingüe, no sólo para el pago de multas y el cobro de impuestos, sino también para todas las comunicaciones con los barceloneses. Lo he defendido hasta ahora en solitario, incluso ante los tribunales, sin que ningún otro partido se sumara a esta defensa del bilingüismo, para evitar que ninguna norma municipal relegue al castellano a un segundo plano.

Mi proyecto va más allá de unas siglas de partido, es un compromiso con los barceloneses y para aglutinar a todos aquellos que no queremos la Barcelona de la estelada de Xavier Trias ni la izquierda radical de Ada Colau. Es un cambio en la buena dirección, un proyecto integrador y que apuesta por el empleo, el refuerzo de las políticas sociales, luchar contra la delincuencia, políticas sin complejos en inmigración y mejorar nuestros barrios.