La imagen que nos regalan los candidatos a prebostes del nuevo "país", lejos de lo que podría ser una imagen ocurrente y hasta graciosa, deja de serlo en el momento que es una muestra más de la indudable intención de las instituciones de expulsar e imponer una de las lenguas oficiales de la sociedad catalana. Una expulsión realizada desde el odio y el sectarismo propio de los quieren que la calle sea un reflejo de las instituciones, en vez de que las instituciones sean el reflejo de la calle.
Una expulsión realizada desde el odio y el sectarismo propio de los quieren que la calle sea un reflejo de las instituciones, en vez de que las instituciones sean el reflejo de la calle
Qué distancia más enorme hay desde el contenido de esas macetas, a la más que necesitada convivencia y respeto de la diversidad ideológica, cultural, política, etc. Que de una vez por todas, las instituciones y espacios públicos estén al servicio de la ciudadanía en su conjunto, y no solo en una parte, evitando así la irresponsable y peligrosa división social que en estos momentos están fomentando desde las instituciones catalanas, con la inestimable ayuda de asociaciones afines, y los medios de comunicación públicos y subvencionados, transmitiendo y convirtiendo una ideología en la ideología de todos, una ideología populista desarrollada en el odio y que excluye cada vez a más gente desde la propia espiral purista.
A los "sembrados" su inmovilidad no les permite ver que a su alrededor la realidad es diversa, natural e inclusiva, por favor busquen un buen jardinero que les ayude a sacar los pies del tiesto, y pónganse a trabajar por una Cataluña que vuelva a ser el motor y vanguardia de España en la construcción de la Europa de todos.