Estos días Podemos anda en discusiones sobre si apoyar la investidura de Susana Díaz en Andalucía, mediante la abstención, o bien votar en contra. Parece que la dirección nacional está por el apoyo mientras que la territorial andaluza por el rechazo.
Iglesias defiende una postura posibilista y Rodríguez la maximalista. De la victoria de uno u otro presupuesto derivará la política de la formación ante las elecciones que vienen
No es baladí el tema, porque este debate refleja dos problemas claves que tiene la formación; el primero ya lo tuvieron en el momento de organizarse como partido, si Pablo Iglesias y su equipo defendían una dirección fuerte y centralizada, al uso de los partidos leninistas; Teresa Rodríguez y los suyos (más de corte trotskista) eran partidarios de una dirección con varios secretarios generales y mayor participación de las bases, pensando en el riesgo del cesarismo que ya apuntó Trotski poco antes de la muerte de Lenin.
Como sabemos se resolvió con la victoria de las tesis de Iglesias, si bien en algunos territorios ganaron los críticos, y he aquí que Andalucía fue uno de ellos, ¿es casualidad, entonces, que haya discrepancias entre Madrid y Sevilla?, me da a mí que no.
El segundo problema, y no por ello menor; es el que afecta, y ha afectado, a todas las formaciones de izquierdas, que no es otro que el debate entre el maximalismo (la defensa de la pureza de las ideas) y el posibilismo (alcanzar aquello que en ese momento es posible) cuando se entra en las instituciones públicas.
En este momento Iglesias defiende una postura posibilista y Rodríguez la maximalista. De la victoria de uno u otro presupuesto derivará la política de la formación ante las elecciones que vienen.
Sin entrar a aconsejar a nadie de Podemos, no milito en este partido, me limito recordarles a todos el debate que tuvieron en el SPD Bernstein, Kautsky y Rosa Luxemburgo, origen del pensamiento socialista actual, no hablaré de los dos primeros a riesgo de que me acusen de oportunista, pero si citaré a la líder polaca, cuando en su libro Reforma o Revolución (por cierto reeditado hace poco), defendiendo el maximalismo, hablaba del “mientras tanto”, es decir, hasta que no se consiga aplicar el programa máximo logremos todas las mejoras que sean posibles.
Es lo que me permito aconsejar, modestamente, desde aquí a Teresa Rodríguez, en el momento actual quien ha ganado en Andalucía es el PSOE y la única manera de influir en algo es apoyando la investidura con la abstención; el problema de Chávez y Griñán se resolverá pronto, van a declarar en breve, si no les imputan nada se acaba el tema, y si lo son, la pelota está en el tejado socialista. Poco se juega, pues, Podemos en ello, en cambio si se repiten elecciones el partido morado aparecería como culpable de bloqueo, se repetirían elecciones, con resultado igual más incierto para todos, y con una oportunidad perdida para el conjunto de los andaluces.
En los tiempos que corren, amiga Teresa, sería bueno que tomaras posturas posibilistas, recuerda la frase de Marx “un paso adelante, dos pasos atrás”, que es el título de una obra poco conocida de Lenin.
En fin, tiempo habrá para ver como evolucionan las cosas en un periodo interesante de nuestra democracia.