Lo han vuelto a hacer, sí, Jordi Pujol y Marta Ferrusola se han envuelto en la bandera para eludir responsabilidades. Ha sucedido en la comparecencia de este lunes en la Comisión de Investigación constituida en el Parlamento autonómico de Cataluña. Amparados en el clientelismo, en el silencio de los beneficiados y en el control absolutos de los medios, el matrimonio Pujol consiguió que su figura fuera identificada con la de Cataluña, y hoy, como decía, lo han vuelto a hacer.
Jordi Pujol y Marta Ferrusola se han envuelto en la bandera para eludir responsabilidades
Como el Rey Sol, ¡el Estado soy yo!, encarnando el despotismo corrupto de la Cataluña de finales de siglo pasado y comienzo del presente. Como encarnación de la patria cuando manifestó desde el balcón de Palau en 1986 su honestidad tras ser procesado y exculpado por el desfalco de Banca Catalana. Todo era y es producto de un ataque contra Cataluña mientras su fortuna oculta en el extranjero acumulaba ceros a la derecha.
Vuelven ahora a emplear la misma táctica que entonces. Todo es producto de un ataque orquestado desde el Estado por su conversión al independentismo. Vuelve la desfachatez victimista.
Ya lo dijo Samuel Johnson, el patriotismo es el último refugio de los canallas. Y es que los vigorosos indicios de corrupción generalizada vinculan a Jordi Pujol Soley con el movimiento político por él creado y perfectamente diseñado, Convergencia Democrática de Cataluña.
Los que han crecido políticamente a su lado no pueden alegar desconocimiento por cuanto las relaciones personales fueron muy estrechas e intensas, con lazos de amistad y camaradería propios de una organización pensada para delinquir (Caso Palau), enriqueciendo a los cercanos y urdiendo toda una red clientelar a modo de agencia de colocación.
Los amos, el masover y los pagesos. Una empresa multifamiliar que ha dado empleo a todo aquel que idolatrara al líder supremo ahora caído en desgracia. ¡A rey muerto, rey puesto! y a seguir remando. Ya me entienden...hacia Ítaca con escala en Sicilia.
Ya lo dijo Samuel Johnson, el patriotismo es el último refugio de los canallas
Me viene a la memoria aquello de "Necesito un hombre con amigos poderosos, necesito un millón de dólares en efectivo, necesito, Don Corleone, a todos esos políticos que usted carga en el bolsillo como si fueran centavos!".
Para el funesto recuerdo, frases dichas o compartidas por el personaje: "El trabajo bien hecho no tiene fronteras", "Hacemos país, estamos haciendo país", "España nos roba", "La España subsidiada vive de la Cataluña productiva", "La política o tiene un fundamento ético o es un simple mercadeo de gente espabilada".
Frases vacías, huecas, hirientes y malintencionadas porque el ejemplo que uno da es mucho más fuerte que los preceptos que uno proclama. Este escandalazo es producto de un sistema corrompido por su prolongación indefinida en el tiempo en el que los controles desaparecieron y los intereses particulares lo monopolizaron todo hasta la naúsea.
Marta Ferrusola tiene razón, ¡Cataluña no se lo merece!