Estaba cantado. Ángel Gabilondo ha "arrasado" en la elección del candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, según la terminología de la Comisión Gestora y la Ejecutiva Federal. La participación en las asambleas fue testimonial y los adversarios al ex líder del PSM, Tomás Gómez, se cobraron su pieza. Lo hicieron casi sin disparar un tiro.
Muchos, muchísimos, militantes socialistas querían dar simplemente carpetazo a una situación de interinidad que solo podía tener males mayores en las elecciones del 24 de mayo. Olvidaron sus postulados -mejor dicho, los han aparcado- y demostraron sensatez para no agitar, aún más, las aguas turbulentas que amenazan con arrasar las débiles estructuras del PSM. La mayoría optó por quedarse en su casa, por no participar en la operación de acoso y derribo del que hasta hacía unos días era su secretario general y su candidato a la presidencia de la CAM.
La propaganda oficial destacará "el apoyo generalizado" al nuevo líder, pero lo cierto es que la militancia socialista de Madrid ha vuelto a su letargo
Así las cosas, la Comisión Gestora elige al líder después de "escuchar" la "voluntad mayoritaria" de los militantes de Madrid. "Interpretará" sus deseos y hará "lo mejor para el partido". Ángel Gabilondo, catedrático de filosofía y profesor de metafísica, se convertirá en el candidato de un PSM que ha pasado, otra vez, por las horas más negras de su historia. Sería un absurdo comparar la actual situación con los históricos enfrentamientos entre Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero que desangraron el socialismo madrileño e hicieron un mal irreparable a la Segunda República, pero el PSM ha vuelto, 80 años después, a las luchas cainitas o "intestinas", como las calificaba el histórico dirigente de la UGT, Nicolás Redondo.
La propaganda oficial destacará "el apoyo generalizado" al nuevo líder, pero lo cierto es que la militancia socialista de Madrid ha vuelto a su letargo. Del sueño de la participación activa han pasado a la pesadilla de la elección digital, en la que los "sabios", los que saben "lo que necesita el partido" deciden en nombre de todos y no aceptan resquicios. Es la elección a la búlgara, aunque en la elección solo participe un 15% de los militantes. Rafael Simancas consideró que "era la habitual en los procesos de participación internos" y que la participación "ha sido un éxito con el frío que hace".
Se desconoce si Pedro Sánchez, militante de Madrid, o Alfredo Pérez Rubalcaba, militante de Madrid, han ido a votar. Tampoco se sabe si en sus agrupaciones se ha votado. En muchas de ellas, se ha optado por el 'pasapalabra' y se ha decidido no participar en un sucedáneo. Han pasado deprisa página a una historia de la que no quieren ser protagonistas. "Dentro de unos días nadie se acordará de todo esto", afirma un dirigente madrileño. Gabilondo será investido candidato. Dejará el Consejo Editorial de El País y su plaza de docente para dedicarse a la campaña.
Tiene menos de 100 días para convertirse en alternativa y "explicar sus proyectos en Madrid" que son toda una incógnita. Todavía no sabe con quién se batirá. Enfrente tendrá seguramente a Tania Sánchez, Ignacio González o incluso a Cristina Cifuentes. Detrás, tendrá a Pedro Sánchez y al PSM. Bueno, lo que queda de él. Lo que es seguro es que el 24 de mayo no ganará a la búlgara. En Madrid, decidirán los ciudadanos y no servirá la fórmula de la democracia "interpretativa".