El perjuicio social que significa la inmersión es mucho más amplio y complejo que las horas que se dedican al estudio del catalán y del castellano aunque éste no sea un problema menor si tenemos en cuenta que, en el ámbito escolar, los derechos de los niños catalanes son diferentes según sea la lengua que se habla en su casa, el lugar donde han nacido. La inmersión incumple el artículo dos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La inmersión incumple el artículo dos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
La escuela es uno de los medios que tiene cualquier sistema para transmitir el modelo de sociedad y de ideología que representa, sea una sociedad abierta, plural y tolerante, o todo lo contrario. Una sociedad que entiende la importancia de respetar los derechos ciudadanos buscará por todos los medios formar a sus jóvenes en esos mismos valores porque es la mejor manera de preservar y garantizar su continuidad. Una sociedad represora también buscará perpetuarse y lo hará combatiendo el pensamiento libre y crítico.
Desde hace años, la escuela catalana está en manos del nacionalismo, sirve al objetivo de reforzar la identificación con la nación catalana, le da cuerpo físico y le dota de contenidos geográficos e históricos. La prueba es la cantidad de adolescentes que tienen un sentimiento nacionalista muy exacerbado y que han interiorizado un conflicto histórico/territorial que nunca han vivido. Esta situación jamás se hubiera dado de manera natural, sólo ha podido ocurrir porque existe una intencionalidad precisa que se ha servido de la estructura educativa para reproducirse y lo hace a través de la lengua, de un uso preciso del lenguaje, del contenido de los libros, utilizando sólo el catalán con los alumnos de infantil para producir una ruptura con sus entorno familiar, etc .
Cabe preguntarse si es un sistema educativo al servicio de los alumnos o si, por el contrario, los utiliza para un fin que nunca ha sido explícito. Lamentablemente, cuando la prioridad es la construcción nacional y la reubicación identitaria de los jóvenes, los factores pedagógicos y educativos sólo se tienen en cuenta si no plantean un conflicto de intereses. Las consecuencias derivadas de este sistema: retraso escolar, desarraigo, crispación, desconcierto o radicalización de los adolescentes se ignoran, simplemente no se quieren ver.
La cantidad de adolescentes que han interiorizado un conflicto histórico/territorial que nunca han vivido
Puede haber argumentos que defiendan este modelo educativo, pero ninguno es sostenible desde un punto de vista pedagógico. Por eso es necesario un mayor compromiso social por parte de todos los estamentos para defender una escuela plural, conciliadora, bilingüe que represente a todos y respete los derechos de todos los catalanes sin hacer distinción. El esfuerzo que esto supone no puede caer sólo en las familias con niños en edad escolar. La determinación de los padres es muy importante pero sus hijos están en medio de un sistema que a menudo se impone ejerciendo mucha presión sobre ellos.
Todos somos responsables de decidir qué sociedad queremos. Mientras no se asuma y se actúe la escuela nacionalista seguirá asfixiando a la escuela catalana, hay mucho interés por solaparlas pero no son lo mismo.