Las finanzas de la Generalidad han vuelto a eludir el precipicio en el último momento gracias al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). De nuevo, el malvado Estado español, opresor y origen de todos los males de Cataluña según el discurso soberanista, ha tenido que acudir al rescate para evitar el colapso de la economía catalana. Mientras tanto, el gobierno de Artur Mas sigue malgastando un dinero que no tiene en la construcción de estructuras de estado bajo la férrea supervisión de ERC.
Poco les importa a Artur Mas y Oriol Junqueras derrochar esfuerzos y recursos en perseguir sus fantasías, ya que saben que forman parte de una auténtico Estado que nunca dejará a Cataluña en números rojos
Es un secreto a voces que los ayuntamientos, las farmacias, las guarderías o el Tercer Sector atraviesan una situación financiera bastante delicada, no únicamente por la crisis internacional, sino también por el comportamiento moroso de la Generalidad. Revertir dicha situación debería ser una de las prioridades del G, sin embargo, los presupuestos de Artur Mas están más comprometidos con la política ficción (crear una Hacienda propia o una seguridad social catalana) que con los problemas reales de la ciudadanía.
A pesar de que las arcas de la Generalidad se encuentran en bancarrota, CiU y ERC continúan dilapidando el dinero público en sus intereses partidistas y electoralistas. Poco les importa a Artur Mas y Oriol Junqueras derrochar esfuerzos y recursos en perseguir sus fantasías, ya que saben que forman parte de una auténtico Estado que nunca dejará a Cataluña en números rojos. Este año, por ejemplo, el Gobierno autonómico ha solicitado 9.460 millones de euros del FLA, pero no piensen que se destinarán a políticas sociales o a reducir la deuda con el mundo local. Nada de eso. Más de la mitad de los cerca de 10.000 millones servirán para reducir el déficit y pagar los vencimientos de valores y préstamos de la banca internacional, mientras que sólo el 3,2% de los recursos solicitados al FLA se dedicarán a sufragar la deuda con el mundo municipal, principal velador del las políticas de bienestar.
Así pues, por mucho que los mesías del soberanismo defiendan la viabilidad económica de una Cataluña independiente, la realidad demuestra que la Generalidad se hubiera declarado en bancarrota hace tiempo si no fuese por la cobertura financiera del Estado. Es obvio que el gobierno español debe garantizar la solvencia de las CCAA, pero el ejecutivo de Mariano Rajoy se equivoca al no exigir el carácter finalista de los fondos del FLA. Se trata de un aspecto imprescindible para asegurarnos que el dinero prestado revierte sobre los ciudadanos y no se utiliza para sufragar la operación independentista. Brutal paradoja la de Artur Mas: con una mano pide dinero a todos los españoles, y con la otra se lo gasta para separarse de ellos.