La pinza del PP y Podemos
En poco tiempo los dos se han apuntado a eso sin tapujos. Mariano Rajoy ha dedicado una atención crítica preferente a PODEMOS en sus intervenciones en la Convención del PP, Pablo Iglesias lo formalizaba en una reciente entrevista a “El País”: “En las próximas elecciones habrá dos opciones: PP y PODEMOS”. Los dos coinciden, pues, en la estrategia electoral de intentar hacer la pinza al PSOE, lo descartan como primer adversario político, aunque por razones diferentes.
Rajoy se siente cómodo con este adversario, puede recurrir contra él a la retórica habitual de admoniciones y de apelaciones al juicio, entregándose al uso grandilocuente de palabras vacías
Al PP le resulta PODEMOS más etéreo, más ambiguo, más verbalmente radical, en una palabra, más fácil de “demonizar”. A Esperanza Aguirre no le falta mucho para gritar “¡Que vienen los bolcheviques!”. Mariano Rajoy se siente cómodo con este adversario, puede recurrir contra él a la retórica habitual de admoniciones y de apelaciones al juicio, entregándose al uso grandilocuente de palabras vacías, ahora que el discurso de la “herencia recibida (del PSOE) más que gastada es ya patético. ¡Qué hallazgo estratégico¡ Un PP sensato, experimentado, moderado, sensible al sufrimiento de la gente, que hace las reformas que hay que hacer –ni una más ni ninguna más dura de lo necesario- para sacar a España de la crisis, enfrente de un populismo presentado como iluso, imprevisible, caribeño, de guirigay. Así sustituye una alternativa contrastada, pero molesta, el PSOE, por una alternativa nueva que le permite renovar la agitación ideológica. La defensa esporádica que haga del bipartidismo tradicional será tanto una cortina de humo como una manera de incomodar al PSOE.
EL PP quiere jugar el partido electoral que cree más fácil, de tan tocado que está por los desastres de sus contrarreformas y por la corrupción manifiesta de tantos de sus cargos, quizás pocos porcentualmente, pero muy significados.
PODEMOS necesita desbancar al PSOE, ocupar todo lo que pueda de su espacio electoral. No es cierto que PODEMOS quiera acabar con el bipartidismo por razones de supuesta higiene democrática, quiere simplemente suplantar a uno de los actores. Le va de perlas una derecha tan desprestigiada, tan manchada, tan responsable de la crisis social como el PP, contra ella no debe contraponer programas, le basta con sentencias simplonas y cantarle el tic-tac, tic-tac, tic-tac.
PODEMOS es un partido “catch-all”, que tiene una semblanza no tanto con IU como con el movimiento “5 Estrellas” de Beppe Grillo, con quien Pablo Iglesias comparte determinadas cualidades de showman televisivo. A PODEMOS no le da asco cortejar a antiguos votantes decepcionados del PP i a hipotéticos votantes de UPyD y de C’s , a tal fin niega el eje izquierda – derecha y opta por los genéricos “democracia y justicia”, invocados por todos. Asistiremos todavía a más “striptease” ideológico en la larga campaña que nos espera.
Una cosa tienen claro PP y PODEMOS: el PSOE es el adversario común. La pinza ha surgido de manera casi espontánea, no ha sido necesario, de momento, reunirse ni intercambiar misivas, como fue el caso, hace veinte años, entre José María Aznar y Julio Anguita a propósito de la pinza contra el PSOE; a partir de ahora los respectivos estrategas la irán puliendo.